Un lector me pide que le recomiende un paseo por el Valle, por lugares poco conocidos; le preparé 2 planes de un solo día:

El primero, saliendo de Cali por Yumbo hasta Yotoco; desayunar ahí caldo de pescao, en el famoso restaurante Mediacanoa, en toda la glorieta que sale a Buenaventura y, por ahí, salir hacia Riofrío, para tomar el camino a Fenicia, bordeando el Río Frío. Hay varios balnearios sobre el limpio río, por lo tanto, hay que llevar traje de baño o calzoncillos limpios y sin rotos, para no pasar vergüenzas.

Fenicia es un pueblo de montaña, con muy buenos paisajes; especialmente, desde la Fonda María; es un mirador excepcional sobre el Valle de Cauca; tiene un buen restaurante típico; incluso hay buenos caballos de paso colombiano que, hacen su show, si se solicita.

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De Fenicia volver, camino a Riofrío, tomar hacia Salónica y llegar al Ecoparque Vayju; tiene piscinas, toboganes, río, cabalgata, restaurantes, camping y hospedaje; tiene de todo, como en botica.

En la tarde, salir por la vía de Tuluá a la panamericana; en Buga, arrimar a la Basílica del Señor de los Milagros, agradecer el día maravilloso que han pasado y comerse un helado o un arroz de leche, donde Pipe, diagonal al hotel Guadalajara, frente al faro. Naturalmente, a las 5 de la tarde sale el pandeyuca y las mantecadas de la panadería de Doña Estela, en la sexta con 11, esquina, a una cuadra del teatro municipal; el olor los guía.

Si son gustadores de comidas celestiales, compran el manjarblanco de las Serna, cerca de la antigua estación del ferrocarril. Ese manjarblanco se ha ganado 4 premios intergalácticos como delicia extra terrestre. Dicen que, del cielo venían ángeles a comprar ahí, hasta que Gustavo Alvarez Gardeazabal y Oscar Plaza Ayora, empezaron a visitar el local.

A las 7:00 P.M. Estarán en su casa en Cali. No vayan a ver el noticiero para que no se les amargue el día; mejor, coja una cuchara y raspe el mate de manjarblanco, hasta que lo acabe.

El otro paseo, lo contaré en un próximo susurro.

Ñapa: Espero que mis asiduos lectores hayan entendido de dónde salió la conocida expresión: «Dame la dirección bugueña.