Se llama Cristina Manyoma. Ella no ´habla desde la prisión´ pero sí desde uno de los 762 comedores comunitarios de Cali. Es hermana del mismísimo Wilson Manyoma, el de Fruko y sus Tesos y de Hermes, de la orquesta La Ley, salseros de sangre y por convicción. “Mi hija es bailarina de ´Swing Latino´ y ha recorrido el mundo entero ´azotando baldosa´ con la salsa”, cuenta Cristina mientras contonea sus caderas al ritmo de la cuchara de palo con la que revuelve el ´sancochito´ que preparó con sus manos y que hace parte del menú del día en Corpocomamos, un comedor comunitario ubicado en el barrio Los Alcázares, al norte de  la ciudad.

Allí en la “Cocina del Sabor”, como Cristina le llama, ella es la reina. Canta, baila y no tiene tapujos para hablar. La timidez le tiene miedo a Cristina. Su trabajo es voluntario. Cada día se despierta a las 6:00 a.m. para tomar el transporte que la lleva desde su casa en el sector de Floralia hasta el barrio Los Alcázares. “Esto es  una labor muy bonita. Se anotaron un hit con los comedores comunitarios y pues, yo vengo todos los días. Entro a la cocina y comienza la música; sin ella, la comida no sabe igual. Sin la música y sin el amor que uno le pone”, comenta mientras comienza a servir algunas porciones de almuerzo a los comensales.

“Aquí en la cocina del comedor comunitario yo le meto todo el picante y el sabor a la preparación de los alimentos. Le agradecemos todos a la Alcaldía de Cali por hacer esta linda labor y brindarle  esa oportunidad a las personas.

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Flor González es gestora de este comedor comunitario que diariamente entrega una ración completa de comida a cerca de 80 personas. “Esta es una labor que realizamos de la mano de la Alcaldía de Cali y la Arquidiócesis de la ciudad. Llevamos tres años operando en este lugar y se generó por esa necesidad diaria de las personas que no alcanzaban a cubrir los gastos de una alimentación completa para toda su familia. Estamos incluso próximos a realizar además del almuerzo, el desayuno para la misma cantidad de personas.