Por: Miguel Ángel Arango
Nuevo alcalde de Cali
¿YA TODO ESTÁ DEFINIDO?
A veinte días de las elecciones regionales la percepción política y ciudadana da como un hecho que el empresario Roberto Ortiz, será el nuevo alcalde de los caleños.
“El chonto” hace un remate espectacular casi que perfecto al concluir la campaña. Las tomas de las comunas son multitudinarias y las reuniones en recintos cerrados tienen llenos a reventar.
Hace dos meses, políticos que hacen parte de otras campañas aseveraban que Ortiz, no era un buen rematador y traían a colación sus derrotas de los años 2015 y 2019. Perdió en su primera candidatura porque Rodrigo Guerrero, desde el tercer piso del Cam recompuso su gabinete para darles gobernabilidad a los concejales que más tarde elegirían a Maurice Armitage. Hoy esto lo llaman continuismo y es pecado.
Los conservadores tenían a Carlos José Holguín, como candidato de partido y lo propio hacia la U con Angelino Garzón. Guerrero- viejo zorro- que venía de ser concejal se dio cuenta que sus antiguos colegas se estaban comiendo un cable y por eso supo conquistarlos. Aprovechó la necesidad.
Cuatro años más tarde Jorge Iván Ospina, con una imagen pésima, imputado por delitos contra la administración pública y con cerca de un centenar de procesos abiertos en la procuraduría derrota a Ortiz y a Eder. La maquinaria que apoyaba al médico era tan poderosa que la gente olvidó los escándalos de las megaobras. No es que el “Chonto “fuera mal rematador. Sus apoyos eran precarios.
Hoy sucede todo lo contrario. Con suerte o con audacia Roberto Ortiz, logró sumar grandes estructuras políticas pero al inicio de la campaña ya había asegurado el respaldo de ediles, comuneros, líderes sociales y emprendedores en los barrios. La gran política comenzó a sumarse alrededor de este hombre porque lo vio ganador. Lo mismo le sucedió a don Maurice Armitage.
EL OTRO LADO
Lo normal es que Alejandro Eder, sea la segunda votación en la elección de alcalde de Cali el próximo 29 de octubre. Viene de sacar 135 mil votos en el 2019 pero Roberto Ortiz sumó 200 mil votos.
El hijo del exalcalde de Cali, Henri Eder, lleva un año en campaña pero no logró posicionar una sola propuesta. En la primera etapa de este proceso le botó mucha corriente a decir que había participado en las conversaciones de paz con las Farc y seguro pretendió seducir a votantes del pacto histórico. Nadie lograba intuir la actual debacle del gobierno nacional y el desprestigio de la izquierda que por primera vez está en el poder. Error de cálculo.
También le dio especial tratamiento a la circunstancia de que su padre había sido alcalde de Cali, su abuelo ministro, y su tía gobernadora y ministra de educación. Pero fueron nombrados y no elegidos. Por eso dijo en medios que desde que apareció la elección de alcaldes a Cali se la llevó el diablo.
El otro error de Eder fue la frialdad con que inició los diálogos con toda la dirigencia política. Habló con todos. Pero no generó confianza y aquí comenzó a flaquear su proyecto.
Pero al mismo tiempo tuvo en su contra las encuestas. Le fue mal en las locales y en las nacionales. Su adversario llegó a sacarle hasta veinticinco puntos de diferencia. Y la gente comenzó a arrimarse al que sintió ganador.
A pesar que Eder lleva su segunda campaña no conoce la calle. Quiere hablar como caleño, quiere caminar como caleño y quiere bailar como caleño. Pero no puede. Se convirtió en un candidato que dejó de ser natural por obedecer el libreto del carisma y simpatía. Estos elementos nacen con la persona.
OTRO ERROR
La renuncia de Diana Rojas y su posterior adhesión a Alejandro Eder, tuvo gran difusión en los medios nacionales de comunicación pero fue flor de un día.
El famoso trino de Armitage ordenándole a Diana que renunciara y se uniera al salvador de Cali le hizo mucho daño a la exconcejal que se había vendido como independiente pero resultó con jefe que la quitó cuando se le antojó.
La unión de esas dos candidaturas no trajo el efecto esperado. Todo Cali sabía que ese acuerdo se iba a dar en cualquier momento y por eso no sorprendió.
Lo extraño es que dos semanas después de esa adhesión las vallas de Diana Rojas, siguen en los mismos lugares y se promociona como candidata a la alcaldía de Cali. Además su foto aparecerá en el tarjetón electoral.
Entre el equipo de Rojas sigue el duelo y no entienden como es posible que se quedaron sin gasolina porque un señor rico quiso apoyar a otro candidato. Lo que se observa es que la estrategia no fue bien pensada y siente que se improvisó a lo largo de la campaña atendiendo al día a día.