Atónitos y horrorizados estamos todos viendo niños destrozados, de ambos bandos, de la guerra televisada del medio oriente.

Como siempre, la verdad es la única que se pierde en estas confrontaciones. Nadie reconoce sus atrocidades y siempre el enemigo es el malo.

Mientras cientos de niños israelitas y palestinos mueren por culpa de los fanatismos religiosos y el ánimo perverso de la venganza que, parece nunca va a terminar, la humanidad mira incrédula la masacre y se escuda en una cobarde neutralidad.

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La paz y las negociaciones para conseguirla es de valientes; la guerra es para fanáticos que se solazan viendo correr ríos de sangre.

Distraídos por esta morbosa matanza, no nos damos cuenta de que, aquí se está gestando otra mortandad colectiva, consecuencia de una reforma desfinanciada de la salud que, necesariamente hará más ineficiente el sistema que opera actualmente.

Viviremos 5 años de un régimen de transición, donde los más pobres padecerán una locura institucional en la salud. Necesitaremos, después, otros 10 años para reformar lo mal realizado por estos congresistas, vendidos por menos de un plato de lentejas.

Por otro lado, no pasaron 2 días y ya los criminales de las disidencias, violando el cese bilateral del fuego, asesinaron al primer soldado inerme, con orden de no defenderse.

Como si no fuera bastante, se aprueba aceleradamente por el Congreso, la reforma pensional que, nacionaliza los ahorros de los trabajadores y les quita la posibilidad de escogencia de quién manejará sus dineros.

Ñapa: ¿Alguno de ustedes cree en las encuestas? Si creen en ellas, me atrevo a anticipar que, el día de la votación tendrán una gran desilusión. Nunca han acertado y no lo harán ahora. La razón es simple, son manipuladas por los candidatos; cada elección es así y seguimos comiendo cuento.

¡Zoquetes hemos sido, somos y seremos siempre!

Ñapita: El infierno está de fiesta; murió Luis Alfredo Garavito, el mayor pedofilo y asesino de niños de Colombia. Que se queme lenta y eternamente.