Gardeazabal

Por: Gustavo Alvarez Gardeazabal

La triste historia repleta de abusos y atropellos de la Inglaterra paralela a la revolución francesa y las guerras napoleónicas le sirve al bestseller de Follet para un nuevo mamotreto de su saga “Los pilares de la Tierra”.

Lo hace bien aunque el esquema resulta un poco monótono quizás porque sigue durante las 830 páginas a los mismos personajes, perfilados con el estilo escultórico de quien trabaja el mármol y son pocas las sorpresas que surgen en el relato.

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Contagiado seguramente por las lecturas y la adoración que los literatos ingleses le han tenido a Charles Dickens, esta novela anda repleta de cuadros de horror, de explotación infantil miserable, de jueces y militares corruptos de mujeres líderes y de señores de tierras a quienes no se les olvida el feudalismo así las acciones se desarrollen en un pequeño pueblo de la campiña inglesa. Probablemente la monotonía del relato provenga del estricto orden cronólogico y no de las descripciones de injusticia que se retratan cada tanto.

Es el momento de la llegada de las máquina de vapor, que obligan a despidos del personal que atendía las hilanderías manuales, pero también es el momento de la solidaridad de cuerpo no de pensamiento.

Por sus páginas hay largas narraciones de los inicios del sindicalismo en la conservadora sociedad inglesa y una picante descripción de la vida pueblerina, de los enamoramientos de mujeres y maridos ajenos y hasta una pareja gay que pese a ir a las guerras napoleónicas por 20 años sobreviven para ser felices y contar perdices.

Es un libro agradable como todo lo de Follet pero en esta oportunidad desviado políticamente para demostrar su carácter de imberbe en el tema. Abunda en demasía en lo que otros libros ya contaron y remata con un largo capitulo para narrar lenta y británicamente la batalla de Waterloo, donde obviamente participan los personajes sobrevivientes del pueblito de la campiña y con furia inglesa combaten hasta derrotar a Napoleón. Como es una historia que hemos oído tantas veces, recrearla termina siendo un peligro para el prestigio del novelista bestseller.