Por: Miguel Ángel Arango Martínez
El taxímetro del «Chonto»
ARRANQUE CON 140 MIL VOTOS
El concejal y empresario Roberto Ortiz, ha perdido las elecciones en sus dos candidaturas a la alcaldía de Cali. En 2015 sacó 160 mil votos y 2019 sumó 200 mil votos. Votaciones honrosas pero derrotadas en las urnas.
El respaldo ciudadano fue enorme y no es fácil llegar a esa cifra. ¿Y por qué el “chonto” perdió sus dos primeras elecciones? Perdió porque no tenía respaldo de organizaciones políticas. Entiéndase partidos y movimientos. Ortiz había tomado distancia de las estructuras pero derrota tras derrota lo llevaron a concluir que sin el acompañamiento de la política es imposible sobrevivir. El año pasado Gustavo Petro también entendió y ganó.
El partidor de Roberto Ortiz, es muy alto porque despega con cerca de 140 mil votos que deben surgir del respaldo de dieciséis concejales en ejercicio pues en este potencial no se incluyen los que son candidatos al cabildo.
CIRCUNSTANCIAS
Las circunstancias políticas son ampliamente favorable para el candidato que reunió más de 200 mil firmas para inscribirse pero que también fue avalado por el liberalismo. Por sus procesos anteriores ya tiene un nicho propio que seguramente gira alrededor de los 150 mil votos. Igualmente lo estimulan las encuestas y la percepción ciudadana que lo ve ganador y que indefectiblemente lo hacen acreedor del llamado voto útil. Que es el que distingue al elector desprevenido y que le apuesta al que la gente ve como triunfador.
La elección de alcalde de Cali no está ajustada ni existe empate técnico como informa la prensa bogotana. Si nos atenemos al compromiso de todo el aparato político que en gira en torno al “chonto” es imposible que este pierda. Para que ocurra la hecatombe tendría que ser derrotado por un fenómeno y Alejandro Eder no tiene características para reconocerlo como tal.
El férreo acompañamiento de la oligarquía, la forma vulgar como Armitage le dio la orden a su candidata Diana Rojas, para que renunciara y se sumara a Eder y la impotencia para consolidar una propuesta que reconozca la ciudad lo alejan de lo que puede ser un fenómeno en las urnas.
Y el final de la campaña no le favorece a este candidato. Sus cierres fueron pobres en asistencia y se observaron más pobres porque Ortiz en cuatro concentraciones reunió más de veinte mil personas. Los aliados de Eder no mostraron poderío porque no lo tienen.
Y la solicitud de la revocatoria de la inscripción también lo afectó. En su desesperada defensa Eder negó que fuera gringo pero después que le publicaron el registro de nacimiento en una entrevista con un medio bogotana admitió que nació en Estados Unidos. No era necesario mentir.
Esa agonía de estar pendiente de la defensa de su candidatura dispersa al candidato y le crea incertidumbre y por eso Armitage les dice a sus amigos que se equivocó al retirar a Diana.
REVOCADO
Hasta un estudiante de primer semestre de derecho sabía que el comerciante Tulio Alberto Gómez Giraldo, estaba inhabilitado para ser elegido gobernador del Valle del Cauca. Los que si sabían que estaba inhabilitado y callaron fueron los veteranos políticos que impulsaron su abortado proyecto partidista.
Sus aliados ya recogieron sus cositas y se fueron para otra parte. Se dispersaron en las campañas de Santiago Castro, Oscar Gambia y Ferney Lozano. Otros más ilusos creen que el voto blanco será mayoritario y que en diciembre tendremos de nuevo elecciones y con otros candidatos.
La exclusión de Gómez de la competencia por la gobernación al que más golpea es al exsenador Ritter López, que tiene candidato propio a la alcaldía de Palmira y que se favoreció con el reconocimiento que tiene el dueño del América de Cali y hoy excandidato a la gobernación. El lunes en la noche muchos políticos palmiranos aterrizaron en la campaña de Dilián Francisca Toro.