Por: Gustavo Alvarez Gardeazábal
El problema hoy en día en Colombia no es la carta virulenta de María Jimena Duzán entronizando como un adicto al presidente Petro ,ni la defensa a medias tintas que hace el embajador Roy Barreras a esa revelación cuando no niega la afirmación de la periodista sino que la juzga como injusta por develar lo que si es mentira causa tanto daño como si fuera verdad.
Nada de eso. El problema hoy en día es la manera absurda como la propuesta de Paz Total que ha pregonado el presidente como su gran bandera, está desmoronándose tan ingenuamente como ha pretendido ser montada.
El hecho, de alcance internacional del ELN haber secuestrado a los padres del hoy máximo jugador colombiano en la Liga Inglesa, ha sido un bombazo a la tal Paz Total. El trauma es más sonoro aún porque al mismo tiempo se está negociando en México o en La Habana, el reingreso de la guerrilla elena, que fundara Vázquez Castaño y elevaran a las altas cúspides el falangista padre Pérez y el sacrificado cura Camilo Torres.
Pero que simultáneamente estalle otro bombazo noticioso porque de un plumazo se ha suspendido la mesa de negociación con el más grande y armado batallón de las antiguas FARC que no aceptó el pacto de La Habana, pone a pensar en el derrumbe del cándido proyecto de la Paz Total.
El hecho de que la agrupación que maneja con bombos y timbales “Mordizco” haya unilateralmente suspendido la conversación y que Antonio García, la cabeza máxima del ELN haya dicho que la retención con fines económicos del padre de Lucho Diaz no estaba prohibida, (como la de ningún otro retenido), en el pacto de cese al fuego que han firmado, hace pensar con mayor convicción que la pretendida Paz Total va camino a ser otra intentona fallida de las muchas que hemos tenido en Colombia a lo largo de los años.
El lio asoma porque al Ejército y a la Policía les tienen las manos amarradas cuando no que les han dado una cucharada de desánimo para que se inmovilicen.