El presidente Gustavo Petro convocó a Casa de Nariño a 15 gobernadores electos, a pesar de que finalmente solo 14 asistieron. Aunque se presentó como un gesto de unidad, algunos críticos opinan lo contrario, sugiriendo que esta reunión podría indicar la formación de dos grupos: afines y contrarios al presidente. Esto plantea dudas sobre la asignación de recursos a las regiones.

Críticos como Alejandro Gaviria y Sergio Fajardo cuestionaron la selectividad de la invitación y argumentaron que contradice la promesa de un acuerdo nacional. Consideran que esta división entre amigos y opositores va en contra del principio de igualdad y tratamiento imparcial para todos los colombianos, independientemente de su afiliación política.

El concejal electo de Bogotá, Daniel Briceño, y el senador David Luna también criticaron la reunión, argumentando que el presidente debería gobernar buscando consensos con todos. Funcionarios de la administración Duque expresaron molestias similares, sugiriendo que el presidente está priorizando a sus aliados.

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Por otro lado, desde el gobierno se intentó promover un mensaje de unidad, asegurando que este encuentro es solo uno de varios programados y que el objetivo es trabajar en equipo con todos los gobernadores, sin dar preferencia a los presentes en esta ocasión. La consejera para las regiones, Sandra Ortiz, destacó que se acercarán a todos los gobernadores y que la prioridad se dará a los departamentos históricamente marginados.