El presidente Gustavo Petro condenó los cánticos dirigidos hacia su hija menor durante el partido de eliminatorias Colombia-Brasil en el Estadio Metropolitano de Barranquilla, que resultaron en su salida del estadio.

Petro calificó a los responsables de los cánticos como «cobardes» y destacó que su hija, de 15 años, fue objeto de la oposición de manera inapropiada.

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Este incidente generó repudio en diversos sectores políticos, siendo calificado como un acto miserable por el embajador de Colombia en el Reino Unido, Roy Barreras, quien instó a los líderes de la oposición a poner límites y descalificar a quienes protagonizaron la agresión verbal hacia la familia presidencial.