Por Miguel Ángel Arango

LA CRISIS, TAMBIÉN ES POLITICA
La crisis es la palabra de moda en Colombia. Crisis económica, crisis en seguridad ciudadana, crisis en la paz total y ahora crisis en la política nacional. La carta del jefe del liberalismo Cesar Gaviria Trujillo, al presidente Petro es contundente evidencia el afán de los partidos por tomar distancia a un gobierno que se desmorona. Llegó la hecatombe.
Gaviria advierte en su carta protesta que para el partido liberal es inviable seguir haciendo parte de la coalición de gobierno. Declararse en oposición frente al gobierno será la propuesta del expresidente a la convención de la colectividad prevista para las próximas semanas.
Ya la U había tomado una decisión similar y la Alianza Verde comienza a correr un camino similar. El desgaste del gobierno es absoluto y la condena y rechazo ciudadano nos dejan un estado de crispación nacional que seguramente explotará a comienzos del próximo año cuando llegan los incrementos en el costo de vida.

La relación del gobierno con el congreso de la república es mala y los controvertidos proyectos de esta administración comienzan a naufragar. Ningún legislador serio se va a dar la pela aprobando reformas populistas y que de alguna manera afectarían la economía del estado y con costo político impredecible.
Los partidos desde las cámaras legislativas toman distancia de Petro porque se busca estar en sintonía con el pueblo y no quiere ser cómplices de la debacle social y política que ya se siente en todo el país. Los empresarios y la clase trabajadora de manera recurrente expresan su escepticismo e incertidumbre por el momento que vive el país. Las estadísticas sobre criminalidad son escalofriantes y los indicadores de la economía hacen presumir que nos esperan días difíciles y en poco tiempo podríamos afectarnos la recesión.
Luego del fracaso de la coalición del Pacto Histórico en las pasadas elecciones regionales la sostenibilidad de esta alianza está en veremos porque nadie quiere hacer parte de esa transición de coalición a partido político y perder autonomía para involucrarse en un proyecto que hoy es perdedor.
La centro derecha y la derecha tienen el camino expedito para las elecciones de congreso y presidenciales del 2026 y seguramente para inicios del nuevo año ya tendríamos al menos media docena de aspirantes presidenciales.
En la medida en que se pierde legitimidad y credibilidad en un gobierno caótico asimismo y con idéntica dinámica el presidente Petro seguirá perdiendo apoyos de la gran política. Ser su aliado hoy es un pecado.

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DE MALAS
Seguramente el año que finaliza no será el mejor para el dueño del América, Tulio Alberto Gómez Giraldo, quien luego fracasar en su fallida su candidatura a la gobernación su equipo fue eliminado en el octogonal y con esto se diluye la posibilidad de una estrella y de pronto se esfuma la ilusión de regresar a la copa libertadores.
La política es pasional. Es de odios y de no perder la mínima oportunidad de arrinconar al derrotado. Los memes que circularon ayer luego de la derrota del América frente al nacional están llenos de humor pero muy cargados de odio. Sus primeros pasos en la política le hicieron daño al ciudadano antioqueño.

LAS OREJAS
Al finalizar su periodo el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, sigue perdiendo popularidad. Ahora la polémica se concentra en todos los semáforos poco inteligentes que está instalando su gobierno.
Los semáforos en las orejas de las intersecciones viales lo único que hacen es ralentizar la movilidad. Se entienden que son innecesarios además de caóticos.
Y al genio de Ospina también se le ocurrió colocar distractores en el túnel mundialista. Los conductores de vehículos se van a estrellar por mirar los murales y a los animales que se instalaron en las paredes. En la primera alcaldía del médico Rodrigo Guerrero, las vallas en la vía al mar las prohibieron para preservar la vida de automovilistas y pasajeros. El gobernante saliente hace todo lo contrario.