La Defensoría del Pueblo, en una visita reciente a la cárcel La Amarilla en Lorica, Córdoba, constató que los reclusos se ven obligados a hacer «vaca» para alimentarse solo una vez al día.

El Defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis, expresó su preocupación por las reiteradas violaciones a los derechos de 63 reclusos en ese centro, bajo la responsabilidad de las alcaldías de los municipios de las subregiones del Bajo Sinú y Zona Costanera.

Según Camargo Assis, los reclusos deben ingeniárselas para obtener dinero y realizar una colecta entre ellos para adquirir alimentos. Sin embargo, lo recaudado solo les alcanza para una comida diaria, una situación que, según testimonios, se sale de los márgenes humanos.

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Además, se reveló que a aquellos que dependen de medicamentos no se les están suministrando, y las citas médicas y los traslados a los centros de salud no son posibles debido a la falta de vehículos. En cuanto a las audiencias judiciales, los reclusos no están siendo llevados a los juzgados.

En una inspección defensorial, se descubrió que los custodios del penal, debido a siete meses de salarios adeudados, abandonaron sus labores, y la Policía Nacional asumió la vigilancia en La Amarilla. La crisis alcanzó su punto álgido cuando cinco reclusos considerados de alta peligrosidad se escaparon en la madrugada del 3 de diciembre, lo que está siendo investigado por las autoridades competentes y locales.