Colombia, no es coca
Por: Dra.Concepcion Abreu
Pasan los años y aún se relaciona a este fantástico país con ciertas sustancias ilícitas. Un país situado en la región noroccidental de América del Sur, un país lleno de encantos naturales, gastronómicos, estructuras arquitectónicas, pero sobre todo la calidez humana de sus habitantes, que en la actualidad cuenta con 52 millones de habitantes.
La República de Colombia merece ser recordada por sus virtudes, no por un pasado que un grupo decide marcar de por vida, haciendo un daño a la imagen de este pueblo trabajador, independiente. Es el único país de Latinoamérica que es socio global de la OTAN, se dice pronto pero es su mérito propio.
No es justo para un pueblo tan trabajador que nos ha regalado escritores como Gabriel García Márquez, Rosario Villajos, Rafael Pombo, José Eustasio Rivera, Pilar Quintana, Piedad Bonnett, Laura Restrepo, Carolina Sanín, Marvel Moreno e Isabel Botero, entre otras y otros.
«Inició conversaciones de paz con las FARC-EP. En 2016 se alcanzó un acuerdo final que a pesar de no ser aprobado en el plebiscito del 2 de octubre del mismo año, fue implementado con modificaciones en 2017.»
Lo han hecho todo, y bien, con paciencia, como es el auténtico paisa, pero nos toca a los demás países pasar página y resaltar aquello que con tanto trabajo han luchado y se han reafirmado en la honradez, trabajo y solidaridad.
Demos una oportunidad, pero esta decisión es muy personal; por toda la historia y todo lo vivido, se merecen ser respetados y recordados por sus logros, no por unos fallos de unos cuantos.
Seamos colaboradores de Colombia, no cómplices de traer al presente constantemente el pasado de un grupo, que poco le importaba la República.
Parte del discurso de La patria amada aunque distante de Gabriel García Márquez para el progreso y la paz de Colombia:
«Una ocasión propicia para empezar otra vez por el principio y amar como nunca al país que merecemos para que nos merezca. Pues aunque sólo fuera por eso me atrevería a creer que la ilusión de Don Miguel de Cervantes está ahora en su estación propicia para vislumbrar los albores del tiempo serenado, que el mal que nos agobia ha de durar mucho menos que el bien, y que sólo de nuestra creatividad inagotable depende distinguir ahora cuáles de los tantos y turbios caminos son los ciertos para vivirlos en la paz de los vivos y gozarlos con el derecho propio y por siempre jamás. Así sea, Gabriel García Márquez. @doctoraconcepcion