Los Ministerios de Minas y Energía y Hacienda y Crédito Público han decidido ajustar el precio de venta al público del galón de ACPM (diésel) en $1.904, a partir del sábado 31 de agosto. Esta medida busca abordar un problema fiscal significativo, dado que el actual subsidio para el diésel ha acumulado un déficit histórico cercano a $115 billones en 2024, afectando la viabilidad fiscal del país y su estabilidad macroeconómica.
Actualmente, los consumidores pagan menos del 50% del precio real del diésel en las estaciones de servicio, mientras que el Gobierno nacional cubre el resto a través del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC). Este subsidio, que se distribuye de manera desproporcionada, beneficia de manera desproporcionada a los segmentos más ricos de la población, con el 10% más rico recibiendo hasta 10 veces más en beneficios que el 10% más pobre, según estimaciones del Ministerio de Hacienda.
Además de los problemas fiscales y de equidad, mantener subsidios a los combustibles fósiles contraviene la transición hacia una economía más sostenible y la necesaria descarbonización. En este contexto, el ajuste en el precio de venta al público se da como un primer paso hacia la corrección de estas distorsiones.
El incremento del ingreso al productor del diésel en $2.000 por galón se traduce en un aumento menor en el precio al consumidor, con un ajuste de $1.904. Este cambio podría elevar la inflación total en 0,3 puntos porcentuales al final del año, pero se estima que generará un ahorro fiscal de $1,6 billones durante el resto del año.
Por otro lado, la gasolina experimentará una ligera variación de ocho pesos por galón, debido a la estabilidad en las condiciones internacionales de insumos fósiles y la metodología para fijar el precio del alcohol carburante.