Del 21 de octubre al 1 de noviembre de 2024, Cali se convertirá en el centro mundial de discusión ambiental al acoger la COP16, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad. Este evento marca un hito no solo para enfrentar los retos medioambientales globales, sino también para fortalecer la imagen de Cali como una ciudad que apuesta por la sostenibilidad y la recuperación urbana.

El alcalde Alejandro Eder ha liderado una transformación integral de la ciudad, impulsando un plan de ordenamiento y embellecimiento urbano desde el inicio de su gestión. Entre las acciones más destacadas están obras de infraestructura y gestos simbólicos, como la izada de banderas en puntos estratégicos de la ciudad.

RECUPERACIÓN CÍVICA A TRAVÉS DE BANDERAS

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Noralba García, responsable de la Unidad de Bienes y Servicios, explicó que la instalación de banderas de Cali, Colombia y la paz es un mensaje para fortalecer el civismo y la identidad caleña. “Queremos que los ciudadanos se sientan orgullosos de pertenecer a esta ciudad”, subrayó García. Este proyecto busca simbolizar unidad y reconciliación en una urbe que se prepara para recibir a miles de visitantes.

Durante las últimas semanas, banderas han sido desplegadas en lugares clave, como la glorieta de la Terminal, las entradas a la ciudad, el Centro Administrativo Municipal (CAM), San Antonio y corredores como la Avenida de Las Américas. La elección de estos puntos no es casual: la glorieta es una puerta de entrada importante, mientras que el CAM es el centro neurálgico de la administración local.

PREPARATIVOS PARA LA CONFERENCIA

El gobierno municipal ha enfocado sus esfuerzos en garantizar que la ciudad luzca impecable para la COP16. Las banderas no solo embellecen, sino que proyectan una imagen de cohesión y orden que recibirá a los delegados de todo el mundo. Además, las áreas aledañas al CAM servirán como corredores verdes para los miles de visitantes, reforzando el compromiso con la sostenibilidad.

Con la COP16 a la vuelta de la esquina, Cali no solo se prepara para discutir el futuro de la biodiversidad global, sino también para demostrar su capacidad como anfitriona y su empeño por consolidarse como un ejemplo de recuperación urbana y cívica.