AVANCE / Presidente Petro dijo que para atención de damnificados y reubicaciones por emergencia climática, el gobierno calcula que se requieren inicialmente $1,7 billones

El presidente Gustavo Petro confirmó que el Gobierno Nacional ha destinado una inversión inicial de 1,7 billones de pesos para enfrentar los efectos del cambio climático y mitigar los riesgos que afectan a las zonas de alto riesgo, principalmente a través de reubicaciones.

Este monto, según Petro, es parte de los esfuerzos para enfrentar las emergencias actuales, especialmente las causadas por las inundaciones en el país, y a la vez buscar soluciones estructurales a largo plazo.

El mandatario, al llegar a Quibdó (Chocó), donde encabezará un Puesto de Mando Unificado (PMU) para coordinar la respuesta a la emergencia, destacó la importancia de ayudas inmediatas como la distribución de alimentos y atención en salud. Sin embargo, también subrayó que la atención de desastres en Colombia ha sido históricamente reactiva, y no ha logrado ofrecer soluciones sostenibles para evitar que las tragedias se repitan.

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Petro hizo énfasis en que los gobiernos actuales están destinados a gestionar crisis climáticas y, lamentablemente, van de desastre en desastre, lo que requiere de acciones preventivas más profundas para proteger la vida humana. En este sentido, destacó la necesidad de mapas de riesgo adecuados a nivel nacional, ya que, según indicó, muchos municipios no cuentan con los recursos ni la capacidad para elaborar estos mapas de riesgo, lo que implica que la nación debe asumir esta responsabilidad.

Sobre las reubicaciones, el presidente explicó que, en los casos de alto riesgo climático, estas deben ser una prioridad. Sin embargo, advirtió que estas no deben ser impuestas desde Bogotá, sino que deben considerar la realidad cultural de cada región, citando como ejemplo negativo la experiencia de San Andrés y Providencia, que sufrió un desfalco en el proceso de reubicación.

Finalmente, Petro insistió en que es urgente cambiar la forma en que se aborda la relación con el agua y el urbanismo, criticando la antigua ingeniería que trataba de controlar el agua a través de canales y construcciones sobre áreas inundables. La naturaleza, afirmó, está recuperando su espacio, y si no se adapta la infraestructura a esta realidad, los desastres serán cada vez más devastadores.