La Gobernación del Valle del Cauca, en colaboración con la fundación alemana GIZ, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) y el Departamento Nacional de Planeación (DNP), ha iniciado un proceso clave para fortalecer el catastro multipropósito mediante la adopción de metodologías participativas como la Escuela Intercultural ‘Geografía para la Vida’. Este esfuerzo busca consolidar herramientas necesarias para la implementación del Acuerdo de Paz, en especial el punto 1 relacionado con el acceso y ordenamiento de la tierra.
Aspectos destacados del programa, Escuela Intercultural ‘Geografía para la Vida’:
Metodología creada por el IGAC para fomentar sensibilización, participación y formación comunitaria.
Busca que las comunidades rurales y urbanas comprendan la importancia del catastro multipropósito y participen en la recopilación de datos sobre el territorio.
Promueve la protección de la biodiversidad y una visión integral del manejo del territorio.
Relevancia en la implementación del Acuerdo de Paz:
Según Camila Mantilla, secretaria de Paz del Valle, el catastro multipropósito es una herramienta central para la reforma rural integral, base fundamental del Acuerdo.
Este instrumento se reconoce como participativo, contribuyendo a la construcción de paz al incluir las voces y necesidades de las comunidades.
Rol del Catastro Multipropósito, Como indicó Óscar Gil, del DNP, la reforma rural integral depende del éxito del catastro multipropósito, que debe realizarse con participación activa de las comunidades para evitar el fracaso.
Este enfoque busca garantizar un inventario detallado y actualizado de los predios, contribuyendo a decisiones informadas y justas sobre la tierra.
Funciones de la Gobernación del Valle del Cauca:
En su calidad de gestor catastral, la Gobernación se encarga de la formación, actualización, conservación y difusión de la información catastral.
La adopción de la metodología fomenta el diálogo intercultural y permite construir un registro de tierras que refleje las realidades del territorio.
Impacto esperado: Este proceso no solo mejora la gestión de la tierra en el Valle del Cauca, sino que también apoya la construcción de paz y el desarrollo sostenible.
Al involucrar a las comunidades, se fortalece la confianza en las instituciones y se avanza hacia un ordenamiento territorial inclusivo, clave para reducir desigualdades y promover la reconciliación.