En los últimos días de abril y primeros de mayo, la sensación térmica que hemos tenido en Cali ha generado especial atención en todos los que habitamos el Distrito. Las altas temperaturas y la disminución de precipitaciones generan un fenómeno que se repite en varias ciudades.

La explicación del por qué está haciendo tanto calor en Colombia se debe a que debido a la geografía y las condiciones meteorológicas, se gesta un fenómeno conocido como ‘Madden and Julian Oscillation’. En términos coloquiales: la llegada de una onda secó literalmente las nubes.

Sin embargo y aunque en abril la Organización Meteorológica Mundial-OMM presentó un informe que evidencian una anomalía en la temperatura superficial del océano Pacífico tropical, actualmente los índices son neutrales. Según dicha Organización, las probabilidades de que se mantengan durante los meses de mayo a julio de 2023 son del 40%. Asimismo, la probabilidad de que durante ese mismo  período tales condiciones evolucionen hacia un episodio de Fenómeno de El Niño, es del 60%.

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El IDEAM, como organización nacional encargada de monitorear esta información, continuará evaluando el comportamiento atmosférico e informando a la comunidad en general sobre el estado, evolución reciente y las perspectivas del ciclo ENOS (El Niño-Oscilación del Sur).

Ante este escenario actual y posible futuro, el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente-Dagma, reafirma su compromiso por el cumplimiento de las metas del Plan Integral de Gestión de Cambio Climático-PIGCC, para presentar acciones de mitigación y adaptación que lleven a Santiago de Cali a ser más resiliente ante los retos y desafíos de la variabilidad climática.

Se destaca ‘Espacios para la Vida’, programa que ha realizado la siembra de más de 3000 árboles nativos con las comunidades, a través del esquema de compensaciones arbóreas y bosques urbanos. Es una iniciativa de gobernanza y cultura ambiental que, soportada en una red ciudadana, salvaguarda un porcentaje importante del patrimonio natural en los más de 25 bosques urbanos de Cali, para mitigar los efectos por islas de calor y conectividad ecológica de la ciudad.

En términos de adaptación, el programa de ‘Ecobarrios’ sigue siendo un gran ejemplo. Por medio de la juntanza de iniciativas ciudadanas, incorporan modelos de transición y adaptación al cambio climático, haciendo uso de tecnologías ecológicas y llevando a la práctica acciones para reducir la vulnerabilidad ante estos efectos y construir una comunidad más resiliente.

El estar preparados y anticipar estas situaciones ayuda a mitigar los riesgos asociados. De ahí la importancia de responder a recomendaciones para proteger la salud de las personas, de nuestras mascotas, ecosistemas y sistemas alimentarios como huertas y plantaciones.