Para Julieth Sánchez, la indiferencia ha sido un motivo para servir, acompañar y guiar a personas de la comunidad trans que visitan el comedor comunitario Proyecto Amalia, un espacio donde la diversidad se une, y la diferencia se ama.

Encontrar un lugar seguro para las personas de la comunidad trans que acompañan el comedor ha sido el propósito de vida de Julieth, un refugio para que la división y la diferencia social no sea perceptible para quien ingresa a este lugar.

Proyecto Amalia está inspirado en el nombre de la hija de Julieth, y hoy en día acoge a 30 chicas trans que han podido llevar a cabo procesos de rehabilitación, reinserción social y laboral. Durante más de 5 años, este proyecto ha brindado oportunidades y nuevas formas de vida a las personas que, como ella misma asegura, “le cambiaron su propia vida”.

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“¿Sabes algo? Mi inspiración fue mi hermano, una persona noble y llena de amor, pero que por las diferentes dificultades que atraviesan las personas de la comunidad LGTBIQ+ terminó habitando las calles de la ciudad, sin nadie que pudiera brindarle ayuda o apoyo en su vida”, dice Julieth.

La casa donde se encuentra en funcionamiento el comedor comunitario está ubicada en el barrio Municipal, al norte de la ciudad. El espacio es un corredor y tránsito de muchas personas en condición de vulnerabilidad, las cuales definen a Proyecto Amalia, como su lugar seguro.

“Este comedor es nuestro refugio. La casa de doña Julieth se ha convertido en nuestra casa (…) y aquí no nos hace falta nada, ni un plato de comida, ni cariño diario de todas las personas que vivimos aquí”, aseguró una de las beneficiarias que vive en el lugar.

Según el estudio Vulnerabilidad social y salud en mujeres trans, en Cali cerca del 64 % de ellas están desempleadas, y un 54 % viven en estratos 1 y 2. Lo anterior, coincide con el testimonio de Julieth, quien asegura que muchas mujeres trans no saben a dónde ir ni qué hacer; por lo tanto, son personas vulnerables y expuestas a actos de discriminación y violencia física y verbal.

“Muchas personas no entienden lo difícil que es acceder a una vida, digamos ‘normal’, para una persona trans, porque, primero, no encuentras trabajo en ningún lugar; segundo muchas personas te discriminan y te agreden física y verbalmente, y tercero desconocen tu valor como persona. Entonces, ¿lo ves? La situación es mucho más grande de lo que parece. No es normal que haya tantas personas trans viviendo en las calles, sin tener siquiera un plato de comida.” afirmó Julieth.