Una transición de año poco tradicional se vivió en este puente festivo a cuenta de la pandemia del COVID 19. Los paseos a ríos, cerros y fiestas comunitarias fueron suspendidos, pero para las autoridades fueron unas medidas exitosas que evitaron congestionar más las Unidades de Cuidados Intensivos de la capital vallecaucana.
200 fiestas fueron suspendidas, las dos más grandes fueron la de Puerto Mallarino y el barrio Eduardo Santos, se canceló la verbena en el barrio Ulpiano Lloreda y se mantuvo presencia permanente de las autoridades en los posibles puntos de aglomeraciones.
El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, confirmó que se han apoyado en otros niveles de atención de la red de salud y se han trasladado pacientes al eje cafetero y al departamento del Cauca para disponer de unidades de cuidados intensivos para nuevos pacientes.
“Desde diciembre hemos implementado medidas progresivas, no quisimos fatigar las posibilidades comerciales y por ello empezamos con el pico y cédula hasta llegar al toque de queda continuo en fin de año, agradezco a todos los caleños solidarios, todos debemos estar unidos para dar la batalla por la vida”, dijo el mandatario.
El fin de año, por el abuso del alcohol, es una fecha crítica en las unidades de emergencia y con la coyuntura de la pandemia no se podía correr el riesgo de exponer más vidas. De acuerdo al balance del secretario de movilidad, William Vallejo, se registraron este fin de semana 12 siniestros viales que arrojaron 4 lesionados y lamentablemente un fallecido.
El secretario de Seguridad y Justicia, Carlos Alberto Rojas, se mostró satisfecho con los resultados de 64 horas de toque de queda y ley seca. “Tuvimos varios diálogos con la comunidad de la zona de ladera, corregimientos y varios barrios de Cali, en donde entregamos tapabocas, más que todo como un acercamiento pedagógico con la comunidad y un llamado a trabajar en equipo. En general, se acató la norma. Se recibieron 7 mil llamadas en el Sistema Integrado de Emergencia y Seguridad (SIES) que fue bajo en relación a otros fines de semana en los que recibimos en promedio 25 mil llamadas”.
Equipos conformados por integrantes de las Secretarías de Seguridad y Justicia, Movilidad, guardianes de vida y por unidades del Batallón de Policía Militar de la Tercera Brigada y sus fuerzas especiales urbanas, realizaron varios recorridos por los puntos críticos de la ciudad, verificando y controlando las medidas de bioseguridad y el acatamiento del toque de queda y la ley seca en Cali.
De acuerdo a lo reportado por el secretario Rojas, en este fin de semana se impusieron 500 comparendos a quienes violaron las medidas de toque de queda y ley seca, se desarticularon 200 fiestas y se atendieron alrededor de 350 quejas, e su mayoría por equipos de sonido en alto volumen.
El teniente Jesús Botero Charria, de las fuerzas especiales urbanas número 3 del BAPOM, lideró al grupo de apoyo del ejército en este trabajo que vela por la salud y la integridad de los caleños. “Hay que acatar los Decretos por el bien de toda la comunidad. El ejército invitó a los ciudadanos a cuidar sus hogares y familias. Queremos que el 2021 sea un año para recuperarnos y fortalecernos. Hay un 30% de la población que continúa reacia a las medidas, esto nos preocupa y por ello insistimos en un trabajo en el que debemos ser constantes: Trabajar por el bienestar de todos”.
Entre tanto Aldemar Guevara, subsecretario de Acceso a la Justicia, resaltó que son muchos los ciudadanos que se acercan a agradecer por la regulación establecida por el alcalde Jorge Iván Ospina. “Es para nosotros muy complaciente estar en el terreno y escuchar la gratitud de los caleños, porque se garantizan sus derechos, porque hay intervención oportuna en el terreno y ven de cerca presencia institucional, porque ven como efectivo el alcance de la medida”.
En cuanto al plan retorno, en la primera jornada se recibieron 187 vehículos, pero se mantienen los controles de movilidad hasta el próximo fin de semana en la vía Panamericana, Paso del Comercio, Sameco, Menga, Puerto Mallarino y Portada al mar.
El río Pance reestableció su apertura a las 6 de la mañana del 4 de enero, pero quienes dependen del turismo en esta zona pidieron la intermediación del secretario de seguridad para reactivar, con los debidos protocolos, todas sus operaciones. “Se redujo a cero nuestros ingresos este fin de semana, las personas no nos visitaron, entendemos las medidas del alcalde, pero hicimos propuestas como mantener puestos de control al ingreso al corregimiento, manejo de reservas para limitar aforos y seguir los protocolos de seguridad para poder seguir trabajando” explicó Gustavo Villegas, propietario del eco hotel El Castillo de Pance.
El secretario Rojas advirtió que en el próximo Consejo de Seguridad el alcalde definirá las medidas que continuarán dependiendo de los indicadores de la red de salud de la ciudad.
Fuente: @AlcaldiadeCali