Diego Pablo Simeone, técnico del Atlético de Madrid, finalmente conquistó el campo del Barcelona, rompiendo una racha de 13 años sin victorias en este escenario desde que asumió el banquillo colchonero. El histórico triunfo llegó en una fría noche de diciembre, definida por un gol de Alexander Sørloth y una exhibición monumental de Jan Oblak.
Desde aquel empate de 2014 que les dio el título de Liga, el Atlético no había logrado salir victorioso del feudo blaugrana, un lugar que parecía maldito para el técnico argentino. Este domingo, sin embargo, Simeone escribió una nueva página en su carrera, celebrando un triunfo que había sido esquivo desde 2006 para el equipo rojiblanco.
Un partido de resistencia y fortuna
El encuentro estuvo marcado por el sufrimiento y la resistencia del Atlético. Los colchoneros sobrevivieron gracias a un Jan Oblak excepcional, quien evitó hasta cinco ocasiones claras de gol del Barça. La victoria llegó tras un controvertido error arbitral que derivó en un contragolpe letal culminado por Sørloth.
«En la primera mitad fuimos muy inferiores, pero resistimos para tener más fuerza en la segunda parte», reconoció Simeone, visiblemente satisfecho por haber roto la maldición en un partido que definió como un ejercicio de supervivencia.
El Atlético suma ahora siete victorias consecutivas en LaLiga y once en todas las competiciones, consolidándose como uno de los equipos más en forma de Europa. Este triunfo se suma a una serie de remontadas épicas, como la lograda contra el PSG en París o las gestas frente a Sevilla y Alavés.
Raphinha: de la genialidad al agotamiento
El Barcelona, por su parte, vivió una noche agridulce, con destellos individuales que no alcanzaron para evitar la derrota. Raphinha, quien en la primera mitad brilló con un despliegue físico y técnico que recordó al mejor Ronaldinho, terminó el partido extenuado.
El brasileño estuvo cerca de cambiar la historia con un globo que impactó en el larguero, pero su esfuerzo fue insuficiente frente a un Oblak intratable. Pedri, autor del 1-0, también completó un partido extraordinario, pero su brillante actuación se vio empañada por el resultado final.
Una noche para la historia
El triunfo del Atlético en Montjuïc no solo significa la ruptura de una larga sequía, sino también un impulso anímico para el equipo de Simeone en su búsqueda por mantenerse en lo más alto de LaLiga. Para el Barcelona, la derrota deja un sabor amargo y la sensación de que, en el fútbol, el esfuerzo no siempre garantiza la recompensa.