Cortesía: Agencia EFE

Londres (Reino Unido), 3 may (EFE).- Poco más de tres kilómetros separan la pista central de Wimbledon de la prisión de Wandsworth, la nueva casa de Boris Becker. El alemán, sentenciado a dos años y medio a la sombra, ha cambiado el lujo del torneo más exclusivo del mundo por una de las peores cárceles de Inglaterra, conocida por su violencia, su crudeza y sus malas condiciones. Imagen, edición y locución: Clàudia Sacrest

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