Colombia reafirma su solidaridad con Palestina al posesionar a Jorge Iván Ospina como embajador en ese Estado

¡Mi gente, esto es importante! Desde Colombia, quiero expresar mi apoyo más fuerte a la Flotilla de la Libertad, esa iniciativa humanitaria internacional que, con mucho coraje, intentó romper el cerco injusto que oprime al pueblo palestino en Gaza.

Esos hombres y mujeres valientes no llevaban armas ni tenían agendas ocultas. Llevaban algo mucho más poderoso: medicinas, alimentos y esperanza. Sobre todo, llevaban un mensaje que resuena en el alma: la dignidad humana no puede ser bloqueada, la solidaridad no se detiene y el derecho a vivir no puede ser arrebatado por ninguna potencia.

Tenemos que reconocer y proteger la labor de estas personas. El mundo necesita más voces que, sin buscar beneficio político, se pongan del lado de lo humano. Colombia no es ni será indiferente. Nuestra historia y nuestra Constitución nos obligan a rechazar el genocidio, el castigo colectivo y la indiferencia que solo nos hace cómplices.

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¡Actuar es urgente! Quedarnos callados sería participar de esta injusticia. Desde este gobierno, alzamos la voz por los niños que mueren de hambre, por los hospitales sin lo básico, por una población sitiada que solo pide algo tan simple como vivir.

La Flotilla de la Libertad representa lo mejor de lo que somos como humanidad. En su esfuerzo, vemos reflejados los valores de la justicia, la paz y la resistencia sin violencia. Hago un llamado a la comunidad internacional para que no mire hacia otro lado y exija que las misiones humanitarias sean respetadas sin negociación.

Recuerden: ser neutrales frente al horror no es ser neutrales; es apoyar al que oprime.

Gustavo Petro Urrego