Adentrarse en los bosques caleños, recorrer sus senderos, respirar aire puro, ver el agua pura de los ríos, observar la inmensidad de los árboles, los arbustos, bejucos y otros vegetales, escuchar el cantar de las aves e intentar encontrarlas entre la espesura del lugar, es algo que nos recuerda la riqueza natural que habita Los Farallones de Cali y que hoy se trae a colación con miras al 11 de septiembre, Día Nacional de la Biodiversidad.
Esta fecha se conmemora en honor a José Celestino Mutis, promotor de la Expedición Botánica, quien murió el 11 de septiembre de 1808 y marcó el camino de la investigación científica que permitió el primer inventario de especies naturales del territorio colombiano y dejó registro de la gran biodiversidad que se tiene.
En este contexto, varios periodistas, fotógrafos y camarógrafos, decidieron adentrarse en las montañas del corregimiento Los Andes, buscando hacer el registro del ‘Tororoi bailador’ ave descubierta en este territorio en el año 2017. Estuvieron muy bien escoltados por directivos, guardabosques de la autoridad ambiental distrital y otros profesionales.
La expectativa era grande y cuando se llegó a El Danubio -predio de conservación administrado por el Dagma- el grupo de caminantes se dividió para que quienes siguieran la ruta hacia el pájaro ‘bailador’ fueran solo los fotógrafos y camarógrafos, en compañía de don Bertulfo, guía de la autoridad ambiental distrital y una de las pocas personas que ha grabado la curiosa ave.
Este pequeño grupo siguió caminando varios minutos más y llegó hasta donde normalmente llega el ave y se dispuso a esperar… Cada ave que aparecía por ahí generaba emoción, pero había que conservar la calma… los reporteros esperaron y esperaron, alrededor de una hora, pero el Tororoi, no se dejó ver.
Es importante recordar que este pajarito mide alrededor de ocho centímetros, tiene plumaje café, patas largas, un cuerpo redondo, corta cola y es de poco vuelo. Esta especie es ‘dimórfica’, es decir que el macho y la hembra no son iguales, pues el macho tiene una coronilla de color terracota, mientras que la hembra tiene el pelaje de color café oscuro en su cabeza, según consta en los registros del Icesi, universidad de la región que estuvo presente en el descubrimiento del ave.
El Tororoi no quiso dejarse ver por los nuevos ‘expedicionarios’, pero su nombre se quedará para siempre en sus mentes, corazones y espíritus como símbolo de la biodiversidad de los Farallones de Cali.
La riqueza de las orquídeas
Pero como el ave ‘picarona’ no se dejó ver, los guardabosques del Dagma aprovecharon la visita para mostrarles a los periodistas otra parte de la riqueza natural caleña: las orquídeas.
En este punto vale la pena resaltar que en el año 2018 fue descubierta la especie stelis excéntrica de nombre común Stellis gigante, lo cual es un orgullo para la región y motiva a la autoridad ambiental a seguir con su labor en el predio para la conservación y a los investigadores a seguir en la búsqueda de estas riquezas naturales.
En síntesis, y como reflejo de la biodiversidad de este territorio de los Farallones de Cali, se puede resaltar que hay más de 600 especies de aves, 68 de mamíferos, más de 1.000 especies de plantas vasculares (que se diferencian sus partes de raíz, tronco, hojas) y más de 250 especies de mariposas.