El Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente-Dagma, el Plan Jarillón y la Policía Ambiental, trabajan articuladamente para evitar el arrojo de residuos de construcción y demolición (RCD) en la estructura ecológica, que protege a la ciudad de inundaciones.

Como resultado de estas actividades, el Grupo de Gestión Integral de Residuos Sólidos del Dagma realizó operativos de control a la disposición inadecuada sobre la pata seca y húmeda del jarillón. En ese marco, se registró la imposición de una medida correctiva (comparendo) por parte de la Policía Ambiental a un ciudadano, que fue sorprendido en flagrancia disponiendo RCD sobre la estructura ecológica principal del río.

Willis Izquierdo, líder del Grupo de Gestión Integral de Residuos Sólidos, manifestó que con estas acciones se logra mitigar los posibles impactos ambientales negativos por disposición inadecuada de RCD, sobre las zonas de protección del río Cauca.

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El funcionario reveló que, de manera constante, se realizan operativos de atención a puntos críticos e intervenciones de inspección, vigilancia y control (IVC) en el Jarillón y otros cuerpos de agua superficial. Estas actividades van acompañadas de estrategias de información y educación ambiental a los habitantes, transportadores y pequeños generadores de RCD en toda la ciudad.

Diariamente, Cali genera cerca de 2100 toneladas de RCD, de las cuales 500 provienen de las pequeñas obras que los ciudadanos realizan en sus hogares o establecimientos de comercio. Lamentablemente, la no utilización de gestores autorizados para la adecuada disposición de los residuos, ha hecho que cerca de 200 toneladas sean dispuestas de manera inadecuada, afectando la estética y la salud ambiental de la capital vallecaucana.

Ante las autoridades ambientales y la Policía Nacional, el responsable del manejo adecuado y la disposición final de los RCD o escombros es el generador. Las sanciones por su manejo inadecuado oscilan entre uno y 4000 salarios mínimos legales vigentes.

Es importante recordar que la ola invernal de 2010-2011 mostró la importancia de esta barrera artificial para la seguridad de la ciudad, así como los efectos dañinos que tienen los residuos y asentamientos humanos frente a la estabilidad de la estructura. Lo anterior derivó en la articulación con el Fondo de Adaptación, la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca-CVC y Emcali en la implementación del Plan Jarillón.