La literatura nos presenta una gran variedad de proverbios que recoge la sabiduría popular de los pueblos y culturas. Estas máximas han servido de referente para la educación y se han quedado grabadas en la mente y el corazón de quienes las hemos aprendido, asumido y repetido. Son dichos, proverbios, máximas o frases célebres que reflejan el sentir y recogen el horizonte ético hacia donde quieren orientar los proyectos comunitarios de los pueblos.

Desde niños muchos aprendimos valores con frases como “Me quejaba de no tener buenos zapatos, hasta que vi un hombre que no tenía pies”, “el que mucho abarca, poco aprieta”, “cuando el rio suena, piedras lleva”,”cuando dos elefantes se pelean, la que sufre es la hierba” , y serian incontables las páginas que podrían escribirse explicando las enseñanzas que recogen cada una de estas máximas. Sin desconocer algunas frases célebres de los grandes escritores, filósofos y estadistas que han recogido lo mejor del pensamiento de la humanidad, por eso permanecerán en la historia.

Algunas máximas presentan el ideal de sabiduría “solo sé que nada se”(Sócrates), y la dimensión social el ser humano “el hombre es un animal social por naturaleza” (Aristóteles). O la dinámica cambiante de la realidad “Nadie se baña dos veces en las aguas del mismo rio”(Heráclito).Tenemos aquellas que recogen apuestas éticas “beatitudo hic et nunc” (estoicismo), “ rico no es el más tiene sino el que menos necesita” ( San Agustín); o quienes desde concepciones diferentes establecen una apuesta contractualista “homo homini lupus” (Hobbes), y “el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe”(Rousseau). Incluso frases que nos invitan a la lectura crítica de las relaciones económicas “la religión es el opio del pueblo” (Marx), o a principios morales “ Dios ha muerto y los hombres lo han matado”(Nietzsche. Algunas tan solo son invitaciones a la paz “el respeto al derecho ajeno es la

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paz” (Benito Juárez), o “ no hay camino para la paz, la paz es el camino” (Gandhi). Todas ellas recogen los ideales de vida buena, teorías filosóficas, apuestas éticas y sobre todos los anhelos de paz y bienestar como fines políticos.

Lo cierto es que todas estas frases recogen lo que hay en la mente y el corazón de las personas que las han pronunciado. Por eso, me ha inquietado el sinnúmero de frases, no sé si celebres, pero si desafortunadas de funcionarios del gobierno. Hace unos años un expresidente ante un gigante elefante inició este camino de frases llenas de torpeza intencional con su célebre expresión “ todo fue a mis espaldas “; seguido por otro expresidente que decía“ te voy a dar en la cara M***ca”, el mismo que hablaba “buenos muertos”; y como olvidar al nobel de paz cuando dijo “ ese tal paro no existe” con lo que se marcó el camino de expresiones cada vez más rampantes, desobligantes y llenas de injusticia que agreden el sentimiento y la dignidad del pueblo colombiano. Pensaba que la frase del nobel era insuperable o por lo menos eso esperaba, pero la realidad ha demostrado lo contrario, en los últimos meses, de los labios de altos funcionarios del gobierno, salen expresiones que se constituyen en antípodas de los proverbios, máximas y frase llenas de sabiduría y que dejan la frase del nobel de paz como un inocente lapsus.

Preocupa que estas frases recojan el pensamiento del gobierno actual, porque hacia dónde vamos, si la concepción de educación se resume en frases como “el conocimiento por el conocimiento es vanidad” y “Tenemos demasiadas psicólogas, sociólogas, carreras que no les sirven para tener mejores ingresos” o que la propuesta de seguridad y convivencia ciudadana sea “Aquí mueren más personas por robo de celulares que por ser defensores” o ¿será esta la idea de dignidad humana? “un escolta no es un líder social” sobre todo la dignidad y el respeto a los “héroes de la patria” cuando los altos mandos se lavan las manos responsabilizando a los soldados con expresiones como “nos toca enseñarles cómo se utiliza el baño, como se utilizan los cubiertos, entonces no es fácil”; y se sorprende uno, con sus profundas enseñanzas sobre la igualdad ante la ley “divina”: “San Pedro no diferencia si el muerto era líder social o no”.

Pero la mayor preocupación radica cuando el jefe de Estado encabeza el liderazgo, no del País, sino de sinnúmero de frases desafortunadas cuando en un viaje de Estado, da señales de cómo van a ser las relaciones internacionales “Le manda saludos el presidente Uribe. Su gran amigo. Que lo quiere mucho. También le manda muchos saludos el presidente Pastrana»; y más aún cuando a esta política internacional se le suman aires de profetismo: “a Maduro le quedan pocas horas”, sumado al lenguaje profundo, riguroso y serio para dar información relevante con la seguridad del País “A alias ‘Guacho’ se le acabó la ‘guachafita”; y como no mencionar la importancia del número siete para la economía “¿Por qué siete? Porque siete es un número importante para la cultura. Tenemos las siete notas musicales, las siete artes, los siete enanitos. Mejor dicho, hay muchas cosas que empiezan por siete”.

Será que por estar pensando en estas frases tan trascendentales, es que cuando le preguntan por los líderes sociales responde “¿ de qué me hablas viejo?” En esta cantidad de frases, no se pueden olvidar que quienes hoy gobiernan lanzaron críticas a las decisiones del gobierno del Nobel de paz, que hoy se aplican perfectamente a las decisiones que está tomando este gobierno, lo que me recuerda la sabiduría de los abuelos que reza: mijo, tenga cuidado con lo que dice porque “la lengua es el azote del C…”.

Finalmente, aunque cabe recordar que nuestros discursos y acciones reflejan lo que guardan nuestras ideas, por lo tanto, estas frases dejan un aire de profunda preocupación, sobre el rumbo de nuestro país. Y aunque el presidente, su vicepresidenta y ministros se quieran justificar, se les debe recordar que “de la abundancia del corazón habla los labios”