DIANA MARIA RIOS S.

Si el acoso escolar es una situación que pone al límite a los alumnos, ahora cómo será, el sentirse igual de vulnerado con las figuras de autoridad como lo son los profesores, quienes como en mi caso, se la “montan” a un estudiante y afectan de formas inimaginables el desarrollo normal de la vida de ese individuo.

Identifiqué que entre varios dones que tengo, tengo uno muy particular, que lo llamó el Don de sacarle la piedra a la gente, aún no sé porque pero si sigo analizando los factores que esto hace que pase; creo que la timidez es un factor determinante, para socializar de mejor forma, por eso al participar en clase, procuraba pensar muy bien la pregunta antes de hacerla y creo que, tanto la pregunta, como de quien venía y mi apariencia de ser “bonita” los hacía sentir retados. Las bonitas en mi experiencia vivimos una discriminación tenaz pues algunos creen que se nos dan las cosas más fáciles, inventan chismes, como también es más complejo que nos tomen en serio.

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Como si la capacidad del intelecto dependiera única y exclusivamente del exterior, para mí es importante sentirme bien externamente, pues esto me ayuda a sentirme mejor internamente; pero factores como la envidia, el machismo, la mente cerrada y autoritaria de figuras de poder como en su momento lo es un profesor, un director, una universidad, que tiene el deber moral de comprender el universo individual para guiarlo a desarrollar su elemento en vez de excluirlo.

Pero en la década del 2.000 como ahora, veo que se sigue repitiendo la misma historia, el elitismo y complejo de superioridad que muchos abogados profesores Javerianos ostentan, pues para mi estudiar derecho en la Javeriana fue una tortura de principio a fin, sentía tanto pánico de equivocarme y del costo que esto representaba en tiempo y dinero, me hizo sentir muy insegura.

Aprendí de mano de profesores que hacían su materia muy fácil de asimilar como es el dr, Tello, Dr. Gómez, dr Escobar Concha, el Dr. Becerra, el dr, Galvis , como también tuve maestros de que no hacer como el dr. Zuluaga, dr. Rodriguez Jaraba, dr. Montalvo, dr. Arturo y ni se diga del dr. Aristizábal, creo que a su forma de ver la capacidad de pensamiento tiene varias limitantes, más si se es “bonita”, contestataria y trabajadora pues en ese entonces modelaba, tanto así que en esas contiendas en clase, llegaron a decirme que era Petrista, que ironía, ¿no?

Vivir situaciones como en un examen final a solas, me decía Jaraba que era una bruta incapaz, si estaba esperando que el Espíritu Santo bajara o cuando Zuluaga le dio un puño a mi puesto, nos mandó a estudiar porcicultura y rompió los quiz sorpresa del 10 % que había acabado de hacer, después de saber que yo iba a sacar 5 o como cuando Montalvo me hizo preguntas diferentes a las de mis compañeros en un examen final para bajarme la nota, el acoso, la guerra que algunos profesores declaran, los alumnos la tenemos muy difícil y en ese entonces más.

Es inimaginable el nivel del estrés tan alto que vive un estudiante, con sus sueños, los de su familia, los préstamos, el costo de vivir en otra ciudad, pagar libros, ropa y súmele los preparatorios que van entre 150 a 250 mil pesos ,mientras encuentra en sus “guías” unos verdugos que matan las ganas de aprender, no por el contenido, sino por la forma del “ser” que lo transmite.

Sanar el sistema educativo separatista y excluyente, que tiene el poder de entorpecer o engrandecer la calidad de vida y la SALUD MENTAL de cada SER, debe replantearse a un cambio de lo arcaico, inhumano y poco funcional, a una educación que potencie las habilidades de cada persona que llega a aprender de alguien que tiene más sabiduría y que servirá de ejemplo de quien ser para bien o no, de ahí la importancia de QUIEN aprendemos, ahí reflejamos nuestra relación más macro que es con el Estado, si queremos más Empatía, sanemos la educación.

Es tiempo de tomar en serio las emociones, sin esperar como pasó en UniValle, donde 6 alumnos intentaron quitarse la vida, donde 4 lo consiguieron y fueron las grandes cargas académicas y las metas, lo que hicieron que estos jóvenes prefirieran no vivir más.
Encontrar juntos nuestro elemento nos complementa, ser un MAESTRO de verdad implica SER un mejor HUMANO.
¡Evolucionemos! Por una educación más humana y respetuosa.