El Señor los necesita
Lecturas
Isaías 50, 4-7.
Salmo responsorial Sal 21, 8-9. 17-18a.
Filipenses 2, 6-11
San Mateo 26, 14;27, 66.
Iniciamos hoy nuestra Semana Santa 2020 en medio de una situación particular. No podemos asistir a los templos, pero si podemos reunirnos como comunidad de fe unida en el Espíritu del Maestro de Galilea. Y esto es lo primero que debemos tener en cuenta: celebraremos la semana santa volviendo a lo esencial: la profesión de fe en Cristo Señor de la vida, que nos invita a su reinado de paz, justicia y amor.
Y esto nos lo recuerda las lecturas de la palabra de Dios para este día. El profeta Isaías nos presenta la misión del creyente que debe alimentar la esperanza y encontrar en el señor la fortaleza para tiempos difíciles. El Salmo 21 es la oración del afligido, que humilde clama a Dios la fortaleza. Y la Carta de San Pablo a los Filipenses nos presenta a Cristo modelo de Humildad y compasión con la humanidad.
La Lectura de la Pasión es la invitación para meditar en comunidad la acción salvadora y liberadora de Cristo. Es comprender que el misterio pascual es una opción de servicio por los más necesitados, en otras palabras, celebrar la pascua es comprometerse para superar las condiciones y situaciones de muerte, es decir la injusticia, la pobreza y la desunión.
Ahora bien, hoy Domingo de Ramos, vemos como el pueblo aclama a Cristo como señor de la vida, pero el problema está en que muchos de lo que hoy lo reciben en medio de ramos y víctores, serán los mismos que el viernes le gritarán improperios para crucificarlos, porque la propuesta de Jesús no se ajusta a su idea. No podemos caer en ese error de querer que Dios se ajuste a nuestros intereses. De hacer un Dios a mi gusto, a mi imagen y semejanza. El Pecado es querer manipular la voluntad de Dios. Muchos amamos a Dios cuando todo está bien, pero en los momentos de dificultad renegamos y nos alejamos de él. Por eso Cristo nos invita a orar diciendo » hágase tu voluntad». Meditar la pasión no es otra cosa que un abandono a la providencia. Es un acto de fe y poner nuestra vida en las manos de Dios. Por lo que celebrar el domingo de Ramos, es reconocer a Cristo como salvador, y aclamarlo entre palmas es comprometerse a construir su Reinado de justicia, fraternidad y paz. En el Evangelio de la Bendición de los Ramos se lee “el Señor los Necesita” y esta expresión se aplica a nosotros hoy más que nunca, porque Dios nos llama al cuidado y a la protección de todos en especial de los más frágiles y necesitados. Celebrar el Domingo de Ramos es buscar a aquellas personas que están necesitando de nuestra ayuda por esta contingencia y buscar la manera de brindarle nuestra solidaridad.