Después de mi decisión de no continuar en el banquillo del Atlético Bucaramanga, varios clubes del rentado nacional mostraron interés en mi proyecto. Entre ellos, Independiente Santa Fe, una institución que ocupa un lugar especial en mi corazón desde mis años como jugador, surgió como una posibilidad real ante la necesidad de un nuevo estratega. La ilusión de regresar al ‘León’ era palpable.

Sin embargo, el rumbo del equipo capitalino tomó otro destino con la llegada del técnico uruguayo Jorge Bava, mientras que yo asumí el desafío de liderar al Deportivo Pereira.

En una conversación reciente con el programa El Vbar de Caracol Radio, abordé los motivos que impidieron mi vinculación con Santa Fe. «Mi cariño por Santa Fe es profundo; viví momentos extraordinarios y atesoro recuerdos imborrables en esa casa», expresé.

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No obstante, señalé que, hasta el momento, no se ha presentado la oportunidad de colaborar profesionalmente con la actual directiva del club ‘cardenal’, ni en mi etapa como futbolista ni ahora como entrenador. Si bien respeto las preferencias de los propietarios de Santa Fe, no pude evitar mencionar una posible razón detrás de esta situación: «Cada quien tiene sus afinidades, sus planes, y a menudo, las relaciones personales influyen en las decisiones».

A pesar de este desenlace, mi respeto por Santa Fe permanece intacto, y albergo la esperanza de que en el futuro se concrete la oportunidad de dirigir a este equipo emblemático. En la actualidad, mi energía y compromiso están enfocados en el Deportivo Pereira, donde hemos cosechado resultados positivos desde mi llegada.