El panorama es éste: Abres tus redes sociales y lo primero que ves son una cantidad de videos, en vivos o publicaciones de chefs que nos comparten sus trucos y experiencias, o de amigos que jamás habían agarrado un cuchillo y ahora presumen con alegría sus primeras recetas preparadas en cuarentena.
Con el simple hecho de que una persona se levante de su cama o sofá y sienta la necesidad de prepararse su comida y compartirla con las personas que ama, es suficiente para afirmar que algo bueno nos ha dejado este virus.

Una de las formas de mejorar nuestra relación con la comida es cocinar en casa. Está demostrado que cuando preparamos nuestros propios alimentos, normalmente usamos ingredientes de mejor calidad, controlamos las porciones y consumimos menos calorías que cuando comemos afuera o pedimos a domicilio. Además esta actividad puede distraernos y ser divertida si integramos a otros miembros de la familia o amigos. Antes nos quejábamos del tiempo, el cual nunca era suficiente, y ahora que podemos pasar más tiempo en casa ¿Por qué no dedicar una o dos horas en preparar lo que nos gusta y hacer felices a los que tenemos alrededor? No es necesario preparar recetas complicadas, lo importante es ese acercamiento a la cocina, crear, probar, mostrar con orgullo nuestros platos, así sean unos waffles o unas empanadas, pero son echas por ti, y eso no tiene precio.

Si trabajas desde casa y es difícil sacar tiempo todos los días para cocinar, escoge un día y cocina porciones más grandes para toda la semana, los vegetales se pueden saltear con aceite oliva sal y pimienta y pueden durar hasta 7 días, los arroces y sopas aguantan más tiempo, vuélvete amigo del refrigerador.

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Si tienes miedo de subir de peso, cocina. La única forma de poder controlar 100% tu dieta es preparando tus alimentos. Come lo que tu cuerpo te pida, ni más ni menos, y come en la mesa, ya que sentados frente al televisor somos más propensos a excedernos. La clave está es ser equilibrados, si nos provoca un dulce que no sea un pedazo de torta de chocolate con una fresita encima, mejor cómete una fresa enorme bañada en chocolate. No hagas un cambio brusco, ve poco a poco y llegará el día en el que tú y la comida tengan una relación armónica, donde cocinar será algo más que vigilar nutrientes, será un placer.
Si, el coronavirus nos ha acercado a los fogones.