Por: Miguel Ángel Arango

“GODOS”, RESIGNADOS A LA TRAGEDIA Como lo hizo hace dos años el exgobernador Ubeimar Delgado, vuelve a proponer la unidad del conservatismo y presentar candidatos en conjunto para cámara y senado. En el 2022 fue candidato al senado y se quemó como también se quemó su candidato a la cámara Gustavo Vélez y de la misma manera fracasaron todos los que iban en esta lista.

Anuncio

El partido en ese fatídico segundo domingo de marzo sufrió estruendosa paliza y perdió su presencia en el congreso de la república. Fue una extraña premonición de la desgracia que enfrentaron en las elecciones locales del año pasado cuando escasamente pudieron ganar una curul en el concejo de Cali y otra en la asamblea.

Ubeimar se quemó. Tenía que quemarse porque esa era la consigna de otros dirigentes conservadores que le apostaron a su desgracia y lo lograron pero también llevaron a la desgracia a todo el partido.

El exgobernador insiste con la unidad en su desesperado romanticismo y en preocupante dosis de ingenuidad porque no ha entendido que la pelea “goda” es con él y no con la U o el Pacto Histórico. Con gestos y oscuras estrategias le dicen no más Ubeimar, no más por favor. Un grito de desespero para que deje a sus correligionarios propios y a la pequeña dirigencia en libertad de ilusionarse con otras jefaturas. Solo es una ilusión porque la precariedad en liderazgo de los actuales cabezas de movimientos no permite imaginar un escenario con un conservatismo vallecaucano boyante como en la época dorada de Humberto, Holguín y Sardi y Lloreda Caicedo.

Los conservadores no reconocen jefaturas propias y por el esperpento de dirigencia actual buscan jefes en otros partidos como en la U con Dilián Francisca Toro. La “godarria” camina indefectiblemente a una nueva derrota el segundo domingo de marzo del año 2026. Ubeimar no sabe que gran parte de lo que queda de su partido ya juró bandera con candidatos al senado de otros departamentos. Los reconocimientos económicos son muy altos y algunos hablan de sumas superiores a mil millones de pesos por endosar cinco mil votos de conservadores vallecaucanos.

Aunque no lo admitan en público amplios sectores conservadores de la comarca ya se comprometieron a votar por candidatos de la U al senado y cámara porque saben que son triunfadores y además se trata hoy del partido más vigoroso en el Valle del Cauca.

Pero otros “godos” con curul y sin ella se ilusionan con el naciente liderazgo político del alcalde de Cali Alejandro Eder. Confían en el proyecto que el nobel gobernante pretende construir y creen que posee gran liderazgo pero sobre todo le quedan tres años administrando una ciudad con cerca de tres millones de habitantes, con un presupuesto de seis billones de pesos para el próximo año y la expectativa que genera el anuncio de un crédito por más de tres billones de pesos. Para hacer política exitosa se necesita poder y plata.

Al lado del alcalde caleño se une una nueva generación de la política local de diversa ideología pero con el anhelo firme de apuntarse a liderazgos nuevos pero poderosos. No hay espacio para el fracaso.

No olvidar que el conservatismo fue el primer partido en oficializar el primer aval a Eder para que inscribiera su candidatura a la alcaldía de Cali. Con discreción apabullante pero con deseos incontenibles ya está en evolución la sumatoria de fuerzas en un solo propósito y entre estos hay muchos conservadores que quieren abandonar el barco antes de que se hunda.