Cuando recordamos “Ojos de perro azul”, “Crónica de una muerte anunciada”, “El otoño del Patriarca”, “12 cuentos peregrinos”, “El general en su laberinto” y la inolvidable “Cien años de soledad”, siempre deducimos que estamos en el realismo mágico, pero al ver la realidad también podemos concluir que Macondo es eterno y con frecuencia vestido de dolor, abusos, extremismos y hasta picardías.
El panorama nos puede llevar a pensar que todo lo que sucede, ocurre y se perpetra es normal o que hacen parten natural de la realidad cotidiana.
Miremos algunos hechos que me sirven de ejemplo a la hipótesis planteada:
– Buga, una de las ciudades más religiosas del Valle y de Colombia, consagrada al Señor de Los Milagros, ha sido escenario de recientes masacres y hasta de desmembramiento de personas. Este fin de semana en diversos sitios fueron encontradas partes del cuerpo de un hombre.
– En Roldanillo se hizo reconocido un pintor, precisamente, Julián Cantillo, porque hizo un mural mezclando las tintas con sangre humana donada por familiares y amigos. Se trata de un águila gigante y lo hizo como un llamado a la paz. Esto se conoció en abril de 2019.
– Vamos a hechos más recientes y que tuvieron como escenario a Cartagena: Al fiscal antimafias del Paraguay, Marcelo Pecci, lo asesinaron sicarios colombianos cuando vivía su luna de miel con una periodista en la Isla de Barú. (Por fortuna ya los capturaron a casi todos los comprometidos en este crimen transnacional).
Sigamos en Cartagena: turistas han sido blanco de abusos con los precios y las autoridades competentes no han pasado de cordiales llamados de atención: a unos turistas mexicanos les cobraron más de $6 millones por almuerzos, y a los pocos días en Playa Blanca, turistas pagaron $2.500.000 al comerse 2 mojarras en el almuerzo… menos mal que no pidieron calamares ni pulpo.
– Ahora vengamos a la Capital del Valle, donde el Deportivo Cali anda en tiempos de “vacas flacas” en todos los frentes, fue así como empató a 2 goles con Jaguares en el estadio de Palmaseca, ante esto un directivo verde bajo al camerino, al parecer pasado de tragos, reclamó y ofendió a los jugadores hablando en inglés, pero uno de ellos que sabe el idioma le entendió y le respondió también de grueso calibre. Como era de esperarse el directivo al otro día renunció.
– Y otra ocurrida en Cali: Aunque pronto ya se estará hablando de la Feria del 2022, los directivos de Corfecali aún no han podido justificar contratos y cuentas de la Feria del 2021, mientras que ante entidades de control anda aún en líos las inversiones en la Feria Virtual del 2021.
Todo esto para insistirles en que no perdamos la capacidad de asombro, porque si lo hacemos llegaremos a pensar y a creer que muchas cosas que suceden, se cometen y se hacen en nuestro país son normales o comunes y corrientes. @falavi2005