El mismo día en que en Colombia se presentó el Informe de la Comisión de la Verdad, donde se insiste en invitar hacia la construcción de un país con perdón, integración, reconciliación, reparación y no repetición, se conocieron detalles de los horrores vividos en el pabellón ocho de la cárcel de Tuluá, donde murieron 51 personas y 24 están heridas…
Dicho informe, muy valioso y muy esperanzador, por cierto, fue presentado en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, en Bogotá, y allí no se dijo ni una palabra condenando los muertos en la cárcel que se convirtió en infierno. Tampoco hubo señales de duelo.
Claro que muchos pensarán que se trata del producto de una riña entre dos bandos al interior de una cárcel, con todo lo que ello significa y las especulaciones que pueden surgir, pero es claro que se trata de colombianos que, tal como lo insiste el estudio mencionado, también tienen sus verdades y en el nuevo país se le deben abrir posibilidades de reinserción social.
Lo ocurrido en la cárcel de mediana seguridad de Tuluá se debe convertir en una alerta sobre lo que puede suceder en otros establecimientos de este tipo en nuestro país, donde el hacinamiento suele superar al que se tenía en el lugar de la tragedia.
De acuerdo con el Ministerio de Justicia, el hacinamiento en Tuluá alcanzaba el 17%, muy por debajo del que se registra en otras cárceles de mayor complejidad, entre ellas la de Villahermosa en Cali, donde suele superar el 30%.
Volviendo al impacto de lo ocurrido, estoy seguro que si el hecho hubiera involucrado a otras personas en condiciones distintas ya se hubiera declarado duelo nacional. Son 51 personas y esto, ¡ojalá nunca se perdiera de vista!
Para el informe de la Comisión de la Verdad, según su presidente, padre Francisco De Roux, se escuchó a más de 30.000 víctimas, lo mismo que a colombianos en el exilio en 24 países, al tiempo que se analizaron más de 1.000 informes de diversas organizaciones ciudadanas, organizaciones no gubernamentales, fundaciones y otras entidades, incluyendo universidades.
Como se puede apreciar el logro grande en este informe es haber escuchado…y mi llamado va a que en otro espacio de la vida nacional se escuche a la población carcelaria con miras a que no se repitan tragedias como la de Tuluá ni afines en el territorio nacional. @falavi2005