Hace algunos días estuve revisando una de aquellas revistas especializadas en oferta de vivienda en Cali y me llamó la atención que la amplia variedad de proyectos en los que se ofrecen casas y apartamentos concluidos, en construcción, en planos y hasta en calidad proyectos…pero todos tienen algo en común: en ninguno se ofrece espacio para bibliotecas.
Me llamó la atención porque sus diseñadores y arquitectos se esmeran por ofrecer zonas verdes, piscina y otras zonas húmedas, sin olvidar áreas para deportes y hasta espacios para ver televisión… Ah y no pueden faltar los parqueaderos, al punto que algunos ofrecen hasta dos parqueaderos por apartamento o casa.
Sin duda que los libros son los grandes olvidados por los diseñadores, arquitectos, constructores y albañiles. Igualmente, no es común que los compradores se acuerden de ellos al momento de recorrer el apartamento o la casa modelo. De ellos tampoco se acuerdan los publicistas, como tampoco los encargados de presentar el inmueble, así lo hagan mediante recorrido físico o virtual o revisando los planos.
También recuerdo que cierta vez, en un vistoso y costoso proyecto habitacional, cercano a la vía Cali-Jamundí y en jurisdicción de este último municipio, pregunté sobre el particular y la promotora me dio a entender que eso no era prioridad, “en últimas quita un pato interior y allí les construye donde ponerlos, pero perdería valor la vivienda” … Apenas musité hummm…y no le pregunté más.
Y también recuerdo aquellos que recomiendan “construirles un anaquel en el hueco que queda bajo la escalera que lleva al a segundo piso”, de hacerlo siempre habrá que consultarlos sentado en el piso. Otros proponen eliminar “el baño social” y ubicarlos allí…
Pues bien, los olvidados libros, cosa curiosa, terminan siendo de las principales preocupaciones al momento de cualquier trasteo, siempre y cuando tengamos algún apego por ellos y les demos valor más allá del físico. Es entonces cuando pensamos dónde los vamos a poner… La respuesta, por lo general es “allá vemos dónde van a quedar” …
Suelen ser empacados en cajas para llevarlos en el trasteo y en el nuevo apartamento o casa suele convertirse en un lío la ubicación de los libros, al punto desempacarlos queda de último y cuando se hace se termina por botar algunos, pensar en regalar otros y hasta en dejar algunos listos para vender cuando pase alguien comprando o para llevarlos a regalar a bibliotecas.
Se de amantes de la lectura que prefieren privarse de libros ansiados porque después se unirían a los que ya están dando vueltas por ahí, mientras que los nocheros ya no pueden con más y los closets ya tienen algunos compartimentos llenos de libros, paquetes de conferencias que algún día se espera volver a consultar.
En resumen, se requieren diseñadores y arquitectos que piensen más en espacios para los libros que en áreas para ver televisión… pues, al menos, ayudando a generar lectores se forman mejores televidentes, al menos más responsables. @falavi2005