Santiago de Cali lleva más de 32 años de silencio epidemiológico en casos de rabia, tanto humana como animal, gracias al arduo trabajo que se realiza desde la Secretaría de Salud Pública Distrital, inmunizando anualmente a caninos y felinos en todo el territorio. Además, se cuenta la atención médica y el seguimiento que se realiza en las instituciones de salud cuando hay agresiones por animales potencialmente transmisores de esta enfermedad. 

Desde 2017 y hasta el 22 de agosto del presente año, se han producido en la región de las américas 52 casos de rabia transmitida por perros y 50 por otros animales (principalmente murciélagos y gatos). En los últimos dos años, nueve casos de rabia humana han ocurrido por perros y 13 por otros animales.

Según datos del Instituto Nacional de Salud-INS, desde 2004 y hasta la semana 37 de 2022, se han presentado 101 casos de rabia animal: 65 en perros, 16 en gatos, 16 en zorros, tres en murciélagos y uno en otro animal silvestre. 

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¿Qué es la rabia?
Es una de las enfermedades más antiguas conocida por el hombre. Se trata de una zoonosis fatal y transmisible, producida por el virus rábico que afecta a los animales de sangre caliente, incluyendo al ser humano. La transmisión a los humanos se produce, casi exclusivamente, por la mordedura de un animal rabioso (perros, gatos, murciélagos, micos y zorros). No tiene cura, por lo tanto su prevención es el único método de control.

¿Cómo se transmite?
La transmisión al ser humano se produce por el contacto con la saliva del animal rabioso a través de una mordedura, arañazo o rasguño causados a la persona o animal agredido. En el país se han podido identificar dos tipos de transmisión: el ciclo urbano, que circula principalmente entre perros susceptibles (perro a perro) y el ciclo silvestre, que circula especialmente entre murciélagos, principal reservorio que transmite la enfermedad a otras especies animales (vacas, caballos, cerdos, ovejas, gatos y accidentalmente al hombre).

¿Qué hacer en caso de mordedura?
– La persona lesionada debe lavar inmediatamente la herida con abundante agua y jabón o detergente, dejando enjabonada la zona por cinco minutos. Este procedimiento se debe repetir por lo menos tres veces.

– Acudir a la institución de salud más cercana donde recibirá la atención médica indicada, que puede incluir la aplicación de vacuna antirrábica, según el criterio médico.

– En caso de prescripción médica de la vacuna, se debe asistir a la aplicación de acuerdo con el esquema y las indicaciones dadas por el médico. Nunca se debe suspender el tratamiento sin la autorización médica.

Recomendaciones…
– No entrar en contacto directo con perros y gatos desconocidos, ni animales silvestres como murciélagos, micos o zorros.

– Vacunación antirrábica en perros y gatos. Una de las principales estrategias recomendadas por la Secretaría de Salud para prevenir la circulación de rabia en perros y gatos, es la vacunación a partir de los tres meses de edad y su revacunación cada año.

– Restringir en lo posible que los perros y gatos deambulen libremente por la calle o espacio público, sin ningún tipo de control.

– Pasear los perros asegurándolos con bozal y collar. Recoger las heces.

– Esterilizar a perros y gatos para evitar la sobrepoblación.

– Brindarles bienestar en el lugar donde viven.