En las últimas dos semanas, la vía que conecta Bogotá con el departamento del Meta ha sido escenario de disturbios que amenazan la seguridad pública. El primer incidente tuvo lugar el 11 de diciembre cerca del peaje Boquerón, donde un artefacto explosivo fue arrojado, dejando como resultado dos trabajadores de la Concesionaria Vial Andina (Coviandina) heridos.
El segundo episodio ocurrió en la madrugada del 18 de diciembre, cuando un artefacto, posiblemente una granada, fue lanzado desde una zona cercana al peaje Pipiral. Este acto forzó el cierre de la vía entre la 1:00 y las 5:00 de la madrugada para que las autoridades pudieran realizar una inspección de seguridad. Durante esta inspección, se encontró otro artefacto explosivo.
Nicolás García, gobernador de Cundinamarca, aseguró en su momento que las autoridades tenían la situación bajo control y mencionó la posibilidad de la responsabilidad de disidencias de las FARC. Por otro lado, Juan Guillermo Zuluaga, gobernador del Meta, declaró que está casi seguro de que las disidencias son responsables de estos actos violentos, señalando que ya había advertido sobre la presencia de hombres armados de este grupo en la región.
La situación ha generado preocupación entre los residentes y autoridades locales, quienes están trabajando para garantizar la seguridad en esta importante vía de comunicación.