Por: Juan Sebastián Chaves Gil

El fin de semana, se conmemoro el día de la madre, una fecha que es muy especial a nivel nacional, sin embargo, esa festividad dejó de ser feliz. En Bogotá, el marco de la celebración, con bullicio normal que se vivía en el centro comercial Unicentro, hecho que se alteró cuando se escucharon unos disparos, el momento de celebración, se convirtió en uno de pánico, la gente corría como estampida, las lágrimas dejaron de ser de felicidad y los abrazos de amor, a ser de protección.

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Es triste que en la celebración se presente este tipo de altercados, las personas que presenciaron los hechos, recordaran esta festividad como una amarga experiencia, sin mencionar la familia de la víctima, especialmente su hijo de 5 años que esperaría con ansias la llegada de su madre para su celebración.

Pero vayamos al grano, al punto más profundo, en Colombia, se ha vuelto “normal” que toda celebración, fiesta y días patrimoniales no falte la queja, la riña y la moto de policía estacionada en una esquina, esperando luz verde para intervenir en la siguiente fiesta.

LAS RIÑAS ALCOHOLIZADAS

Hablemos de las riñas, la mayoría de riñas que se presentan en las fiestas, son protagonizados por los mismos familiares, recuerdo una vez que mi novia, que era una gran psicóloga decía: ¡me da locha ir a las fiestas familiares, después de los tragos, sacan los dolores personales, de ser así, todos los participantes necesitan terapia!

Si bien es cierto, no hace falta explicar un hecho que se ha normalizado con el pasar de los años, la mayoría de riñas, son causadas por los dolores personales, con una buena mezcla de alcohol y traumas psicológicos, el hermano recuerda la herencia de su padre, el primo los malos tratos de sus padres, así paulatinamente.

Temores que se esconden en la mente de cada ser y que el licor los expulsa generando todo tipo de sentimientos, tristeza, risa, enojo, miedo e incluyendo la venganza.

LA VENGANZA.

Gloria del Carmen Rodríguez Retamozo fue un caso de feminicidio en el día de celebración de las madres, asesinada por su propio esposo, quien, al parecer se encontraba en estado de alicoramiento. La mayoría de los homicidios han sido por motivos pasionales o de venganza, el caso del homicidio de Érika Aponte Lugo, no es el único, pero si el más impactante, en plena celebración ocurre este atroz crimen, los medios de comunicación no paraban de titular, las redes sociales se convirtieron en medios alternativos de desesperación e indignación, la prensa tildaba del hecho, pero, con un detalle muy particular, “Son 50 vidas salvadas en lo que va del fin de semana”

¿Vidas salvadas? Preguntarse este punto ante lo ocurrido es una paradoja, positivo sería, que no hubiese reportes de ningún tipo de violencia en días especiales que precisamente son celebraciones para compartir en familia y socializar con alegría, sin embargo, es todo lo contrario, las entidades gubernamentales dan un punto positivo y favorable de la disminución de la violencia en estas festividades.

En el caso de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, expreso “lamentamos este deplorable hecho y que el Día de la Madre sea el más violento del año en todo el país, lo que nos obliga a reflexionar y actuar como sociedad e instituciones” tiene algo de razón, pero la solución no es nada clara.

Aunque el crimen empañó la celebración, la Policía Nacional entregó un reporte preliminar de reducción del 47 por ciento de los homicidios en todo el territorio nacional frente al 2022 en esta fecha.

“Son 50 vidas salvadas en lo que va del fin de semana”, dijo la institución.

REALIDAD

Ahora la prensa utiliza unos títulos de primera plana, con el cero homicidios y feminicidios, como si este fuese un logro, cuando la realidad sigue siendo la misma y hasta más aberrante, pues si profundizamos en el tema aún se sigue recibiendo denuncias de violencia intrafamiliar, tan solo este fin de semana se reportaron 183 violencias de modo intrafamiliar en Cali, Buenaventura y Tuluá, un logro que no es de celebrar.

En Cali tan solo se registraron 500 casos de riñas y 146 situaciones de violencia intrafamiliar, para las entidades de seguridad de Santiago de Cali es un gran logro, y que en cierta manera actuaron con rapidez, sin embargo, es un tema que aún genera mucha controversia y dudas.

Para el equipo de seguridad de la Ciudad de Cali es un resultado favorable, pues han evitado que estos incidentes se agraven, previniendo lesiones graves o fatales a las personas involucradas, pero, hay otra cosa que no es de celebrar y es más preocupante, según la policía realizó 35 capturas por diferentes motivos, confiscó 32 armas de fuego y se emitieron 1517 órdenes de comparendo por comportamientos contrarios al manual de convivencia y se cerraron 14 establecimientos

Ahora para aplicar este gran “logro” de seguridad, la policía fue obligada a desplegar 3500 uniformados en el territorio incluyendo el monitoreo del halcón, el famoso helicóptero de la policía, esfuerzos con un solo fin, permitir garantizar la seguridad de la misma ciudad cosa que se vuelve algo muy preocupante y a la vez triste.

Para el secretario de seguridad Jimmy Dranguet. es una estrategia que permitió mejorar, la seguridad, disminuir el homicidio y las violencias en la ciudad especialmente en días de celebración, dando un excelente resultado, sin embargo, no es algo que se debería hacer y mucho menos optar en estas fechas.

Para concluir debemos reflexionar y darnos cuenta que cada vez nos volvemos más violentos, aún tenemos heridas en nuestros corazones, que con el sorbo del alcohol nos exponemos a actuar de forma insegura, vengativa y con ira a seres queridos, en un momento de celebración.

La solución la tenemos nosotros en aprender a comportarnos, en aceptar que muchos de los problemas que tenemos hoy en día, nosotros somos los verdaderos causantes, y no pensar que la policía actué de forma inmediata, dando la solución “eficaz”, a los problemas causados por la misma comunidad, ni mucho menos que se tomen medidas de seguridad extrema para que haya paz y tranquilidad en días de celebración familiar.

Por último, buscar ayuda profesional, es mi mejor recomendación si aún cargas con los dolores del pasado, aprender a perdonar, es lo más sano, y que no sea el alcohol el que “cure” tus penas.