Cortesía: Agencia EFE
San José del Guaviare (Colombia), 29 ago (EFE) (Imágenes: Laia Mataix y Mauricio Dueñas).- A pesar de que la deforestación está prohibida en el Guaviare por el Estado colombiano y las disidencias, la selva amazónica, que ocupa prácticamente la totalidad del territorio, sigue menguando año a año, agonizando entre llamas, y dando paso a un inmenso potrero.
Cuesta pensar en que en algún momento todo estuviera lleno de selva, como cuentan los habitantes del Guaviare, pues los parches “tumbados”, cuadrados perfectos de bosque quemado y deforestado, se pueden apreciar desde el aire pero, sobre todo, transitando las “trochas” (caminos) que conectan municipios y veredas en las que el ojo no alcanza a ver donde acaban los potreros de cientos de hectáreas en los que contrasta la poca cantidad de vacas.