Jim Thorpe, un célebre atleta nativo americano procedente de Oklahoma, alcanzó la fama como medallista de oro olímpico y, a menudo, se lo considera uno de los mejores atletas de la historia. En 1912, representó a los Estados Unidos en los Juegos Olímpicos celebrados en Suecia, donde se le unió el futuro general George Patton como compañero de equipo

Nacimiento: 28 de mayo de 1887, Oklahoma, Estados Unidos

Fallecimiento: 28 de marzo de 1953, Lomita, California, Estados Unidos

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Antes de conquistar el decatlón de tres días, que abarca diez eventos de atletismo, Thorpe ya había obtenido una medalla de oro en el pentatlón con notable facilidad. Sin embargo, durante el segundo día del decatlón, justo antes de la carrera de 1500 metros, Thorpe se encontró con un contratiempo: sus zapatos habían desaparecido, probablemente robados. En una búsqueda desesperada de una solución, se volvió hacia sus compañeros y logró encontrar un zapato extra, aunque era demasiado pequeño. Sin embargo, apretó su pie en él. Luego tropezó con el otro zapato en un cubo de basura que, por el contrario, era demasiado grande para él. Para que le quedara bien, ingeniosamente lo acolchó con un par de pares de calcetines.

Sin dejarse intimidar por esta situación de calzado, Thorpe se enfrentó a los mejores decatletas del mundo y ganó notablemente la carrera de 1500 metros. Durante el decatlón, demostró su talento excepcional al asegurar el primer lugar en cuatro eventos y terminar no menos del cuarto en los seis eventos restantes, todo mientras usaba zapatos que no coincidían. En consecuencia, consiguió otra medalla de oro.

Al recibir los prestigiosos galardones, el rey Gustavo V de Suecia otorgó dos medallas de oro olímpicas a Thorpe y lo declaró el atleta más grande del mundo. Gentilmente, Thorpe respondió con un simple «Gracias».

Después de los Juegos Olímpicos, este polifacético atleta siguió una ilustre carrera, sobresaliendo en varios deportes. Se aventuró en la Liga Nacional de Fútbol Americano como dos veces jugador de fútbol americano universitario All-American, jugó brevemente baloncesto profesional y disfrutó de una fructífera temporada de siete temporadas en las Grandes Ligas de Béisbol. El legado de Thorpe como atleta extraordinario y su hazaña inspiradora con los zapatos que no combinan han dejado una huella indeleble en el mundo del deporte.