Conmemorar el Día Mundial del Medio Ambiente tiene cada vez más relevancia porque sin este no hay vida. Por eso se debe promover una conciencia como sociedad, sobre la necesidad de proteger los recursos naturales para preservar la existencia humana.

Cada una de las problemáticas que afectan al medio ambiente repercuten en nuestro día a día, algunas de ellas de especial interés en Santiago de Cali, tales como: la calidad del aire, la gestión de la flora urbana, los ríos y el recurso hídrico, el manejo de residuos sólidos y la sobrevivencia de la fauna silvestre en el entorno urbano.

El Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente, DAGMA, como autoridad ambiental en la zona urbana adelanta acciones de diverso orden e invierte una importante cantidad de recursos para responder a los retos que imponen cada uno de estos temas; sin embargo, su gestión no tiene repercusión si no cuenta con el apoyo decidido y responsable de todos quienes habitan en el municipio.

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Por ejemplo, respecto a la calidad del aire, se debe privilegiar el uso de medios de transporte no contaminantes, usar el sistema de transporte público y hacer la revisión técnico-mecánica y de gases a los vehículos. Estas son algunas decisiones individuales responsables que complementan las acciones institucionales, las que incluyen campañas educativas, mediciones que arrojan resultados en tiempo real guías a las estaciones de la red de monitoreo de calidad del aire, para tomar decisiones políticas y administrativas.

En esta corresponsabilidad entre Estado y ciudadanos también está presente el manejo que hacemos de los residuos sólidos, la separación en la fuente que podemos y debemos hacer desde casa y tareas tan simples como sacar la basura en los horarios dispuesto para la ruta del carro recolector. Por su parte, la Administración trabaja incansablemente en erradicar botaderos clandestinos y escombreras no autorizadas, algunas de estas afectan fuentes hídricas, invirtiendo anualmente muchos recursos que podrían ahorrarse si los ciudadanos fuésemos menos indolentes.

Cada una de nuestras actividades cotidianas deja una huella en el planeta y por eso debemos ser racionales con nuestras decisiones. Guardar los desechos que generamos en la calle y disponerlos de manera apropiada cuando lleguemos a casa, conducir con precaución en zonas donde hay tránsito de fauna silvestre, acudir a las autoridades cuando conozcamos de comportamientos que afectan la flora y la fauna, no comprar animales silvestres, sembrar árboles siguiendo las normas de silvicultura, son unas de las muchas acciones que entidades como el DAGMA invitan a incorporar en nuestra vida diaria y así contribuir con un entorno más sano donde convivamos todos los seres vivos en armonía, un verdadero homenaje al medio ambiente.