Tras la conflagración que se presentó el pasado viernes en el ecoparque del cerro La Bandera y después de una minuciosa revisión realizada por cuerpos de emergencia y autoridades ambientales, se entregó un balance preliminar según el cual se afectaron entre 20 y 30 hectáreas de vegetación.
De acuerdo con la explicación del equipo de técnicos y profesionales del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente-Dagma, la afectación más fuerte se dio sobre arbustos, matorrales, gramíneas y, en general, especies de portes bajos y medianos. En cuanto a los individuos forestales de gran tamaño como la acacia mangium, tuvieron quema en sus tallos pero han resistido.
“Con este tipo de disturbios forestales, que son provocados por acciones humanas en un 99%, se afectan la biodiversidad, los ecosistemas y las fuentes hídricas. Por eso es tan importante la alerta temprana que pueda entregar la ciudadanía, en caso de sospechas de la provocación de un incendio”, manifestó Óscar Villani, subdirector de Ecosistemas del Dagma.
Aunque en los recorridos de verificación no se encontró fauna quemada, sí se afectaron especies como los mortiños, importantes para la alimentación de los animales. También se afectaron gualandayes y jaguas, además de elementos utilizados para la restauración como los trinchos y, con eso, se desprendieron algunas zonas de suelos que eran retenidos con estos elementos.
Gracias a la acción efectiva del Cuerpo de Bomberos Voluntarios, Defensa Civil, Policía Nacional, Dagma y la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca-CVC, se evitó que el incendio fuera más devastador.
Los incendios no solo lastiman la vegetación y la fauna, sino que dejan daños considerables en los suelos. Ahora los esfuerzos de la autoridad ambiental distrital se encaminan a esa recuperación.