El fuego no es un juego y su impacto no termina cuando se detiene la conflagración. Un incendio forestal es inconsciencia reflejada en muerte y desolación que perdura en el tiempo. Y eso es lo que viene sucediendo en Cali con las llamas que están arrasando las montañas en los sectores de La Buitrera y Menga.
La Alcaldía de Cali viene haciendo frente, de la mano de organismos de socorro y otras autoridades, para atenuar las consecuencias de estos incendios.
En el caso del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente-Dagma, se trabaja en la revisión de puntos calientes; se brinda apoyo en zona de bordes; además de inspeccionar la fauna silvestre afectada, con equipo de emergencia especializado disponible para primeros auxilios.
“En este momento se está dando de forma natural y producto de lo que sucedió, el desplazamiento de muchas especies, especialmente mamíferos, marsupiales y aves. Será normal que en las zonas aledañas tengamos una presencia alta de los animales. Invitamos a la ciudadanía a que no afectemos ese tránsito; no alimentarlos y solo proveer agua”, indicó Franklin Castillo, subdirector de Calidad del Dagma.
Desafortunadamente y a pesar de los esfuerzos, en los primeros recorridos realizados en terreno se encontraron dos liebres (Silvilagus brasiliensis) calcinadas y una ardilla con quemaduras de grado 2 en falanges de miembros anteriores y posteriores y tres nuches a nivel de cuello, tórax y dorso izquierdo, con pronóstico reservado.
En esta misma labor de recorridos, articulada entre los grupos de Conservación de Ecosistemas y Fauna Silvestre y con el apoyo de la empresa Carvajal, se implementaron algunos bebederos en zonas estratégicas y de posible paso de fauna silvestre afectada.
Los incendios también afectaron otros animales como guatines, zarigüeyas, guacharacas, iguanas, boas y diversas especies de aves. En materia de flora, se impactaron mortiños, arrayanes, cucharos y chagualos.
Es importante tener en cuenta que los incendios forestales son de difícil manejo, más por las condiciones secas de los suelos en las áreas afectadas. A ello se suma la temperatura de 34 grados centígrados con sensación térmica de 37, que se viene presentando en la ciudad, además de las fuertes corrientes de viento.
El anterior incendio forestal de grandes proporciones en Cali se registró en 2019. Ahora, con estas nuevas conflagraciones, las consecuencias son nefastas ya que tiran por la borda la labor de restauración ambiental que se venía haciendo.
El Dagma hace un llamado a la ciudadanía para establecer una comunicación efectiva con las autoridades, realizando las denuncias correspondientes ante cualquier sospecha de pirómanos.
Está comprobado que, en su gran mayoría, los incendios forestales son provocados por acciones humanas que buscan invadir terrenos, generar pánico, quemar residuos sólidos sin el adecuado control o, incluso, por actividades de brujería.
Es imprescindible mencionar que así como hay hechos delictivos alrededor de los incendios forestales, también se ha desplegado una gran solidaridad comunitaria para apoyar a los Bomberos con azadón y pala en mano, otras personas con agua y comida, además de cadenas humanas pasando líquido vital de mano en mano para atenuar las llamas.