No Hay Líder
Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal
Si algo caracteriza este cuatrenio de Petro es que no tiene al frente un verdadero líder de la oposición. El espectáculo brindado por las gigantescas marchas en contra del gobernante no fue aprovechado por ningún político colombiano ni mucho menos por los empresarios que podrían ser la cabeza de la oposición.
Así ha sido desde que ganó las elecciones y dio lugar al primer gobierno de izquierda en Colombia. Se suponía que iba a surgir desde la derecha alguien que aglutinará a la otra mitad del país que quedó derrotada, pero nadie se le midió. Los unos porque sabiendo como es la política colombiana, era mejor entrar a la reserva y estar atentos en cómo se podría negociar con Petro.
Los otros porque no tienen suficientes cojones para enfrentar a un activista inteligente, que se sabe defender apelando a la multitud, creyéndose sus propias mentiras o administrando el poder dentro del esquema leninista que le distingue. El tiempo ha pasado.
Las embarradas del gobernante son mayúsculas y cada vez más abundantes. Los berrinches retrecheros son iguales a los adjetivos que usa para calificar, más como resentido perenne que como presidente de la nación, a quienes no valora como compatriotas respetables sino como explotadores consuetudinarios.
Pero ni aún así aparece un líder que aglutine la cada vez más creciente protesta. Uribe sigue descolocado. Sus senadores no saben ni siquiera usar la brújula y Vargas Lleras se gasta tiempo y dinero en batallar por lavar ficticiamente su espejismo de cascarrabias coscorronudo, aconsejado por un mal manejador de imagen.
En los de las nuevas cochadas hay quienes no saben conjugar el verbo respetar como el tal JotaPe o hacen cola para pedirle permiso a su jefe como el prometedor David Luna. Y ni qué decir de la oposición de izquierda porque no existe y los garajes petristas no la dejan ni siquiera tuitear para distinguirse de la montonera equivocada.