Colombia Indignada

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal

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Colombia se ha indignado pocas veces en su historia .Cuando no existían las comunicaciones que hoy tenemos, el voz a voz regó la protesta comunera que surgió en Santander y reventó en varias partes del país. Colombia se indignó con las burradas del golpista general Melo y terminó estallando patrocinando el regreso de los supremos generales.

Colombia se indignó en 1957 con Rojas Pinilla y usando el paro nacional total obligó a su renuncia. Por estos días los desaciertos permanente del gobernante ,uno tras de otro, terminaron por indignar a Colombia. Lo que han hecho con los maestros destruyendo inicua y vergajamente su sistema de protección en salud del que gozaban, es una canallada que ofende.

La negativa a reconocer el error o la tendencia presidencial o ministerial de lavarse las manos con agua mentirosa, indigna a todos los municipios de Colombia porque si hay algo común en todos ellos es que en cada uno hay maestros y son públicas las angustias que están pasando.

Pero el ahorcamiento por asfixia económica de la EPS Sura parece haber llenado la taza de la indignación. Sura se había ganado el prestigio y el respaldo que no se construye con avisitos publicitarios o discursos chimbos de cambio, sino con eficiencia en la prestación del servicio y automática comparación con otras similares.

Haberla obligado a retirarse para que el presidente pudiera demostrar que su teoría económica del chu.chu.chu era magistral y que para matar las EPS solo bastaba cortarles la responsabilidad de apoyo que tenía el estado, es una bellaquería y así la ha tomado el país, indignándose cada vez más.

Y como a ese par de estulticias decretadas desde la casa de los presidentes se unen las continuas revelaciones sobre los alfiles robagallinas que rodean al gobernante, la indignación crece en la misma medida en que se descubre que la estructura de la corrupción no ha cambiado, apenas fue un relevo de los operadores de la maquinaria tragamonedas.