Gardeazabal

 

Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL

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Quiérasele o no, disguste o reciba aplausos, el médico Roy Barreras ha sentado cátedra en una forma de hacer política que resultará muy difícil olvidar en la historia colombiana.

Ha sido por su empeño y maquiavelismo que el gobierno de Petro haya podido conseguir cómoda mayoría en el Congreso que él, precisamente, preside.

Por esas mismas razones o porque ya los colombianos de tanto verlo reconocemos cuando se está desacomodando para salirse de la canoa, sus declaraciones primero muy largas y quizás demasiado personales a Vicky Dávila y ayer al periódico El Tiempo no son solo unas banderillas en lo alto del morrillo al gobierno Petro y los ministros contra quienes arremete, sino unos avisos demasiado perentorios al mismo presidente.

Eso de decir que el comisionado de paz es “…una sola persona, que por buena voluntad que tenga no es capaz de conducir cinco o siete procesos de diálogo al tiempo” es hablar de Pedro para que entienda Juan. Es decirle a Petro que en esa materia de la paz total está equivocado.

Más grave aún, o más significativo es que se refiera a la ministra Corcho como “ una ministra ideologizada que tiene desafortunadamente una característica, lo que no es bueno ni justo en ningún ministro, y es la arrogancia´”.Ella, según lo afirma Roy, “rompe el diálogo, impone sus decisiones, no escucha ni siquiera a sus pares en el gabinete y alimenta una especie de reforma revanchista contra lo que llaman la oligarquía”, frase que resulta ser a la larga una expresión que no por cierta es tremendamente destructiva de lo que Petro ha pretendido.

Pero si al responsable de la paz total lo acusa de haber informado mal al presidente en más de una ocasión y a la ministra de Salud de desautorizar públicamente al presidente en los acuerdos que ha convenido, es evidente que o Roy se siente muy incómodo como armador del gobernante o el presidente está pasado de corregir el rumbo así no tenga con quien reemplazar al enfermo presidente del senado.