Por: Gustavo Alvarez Gardeazábal

DON WILLIAM

El empresario antioqueño que entierran hoy en Medellin, Don William Vélez Sierra ,era mucho más significativo en la vida económica del país de lo que se sabía públicamente. Su capacidad de trabajo era quizás exagerada, pero le permitió invertir y volver rentables empresas generadoras de electricidad y prestadoras de servicios de aseo, alumbrado público, acueductos, aeropuertos, carreteras y puertos, electromecánicas y ganaderas, a más de Colombia en México ,Honduras y Panamá,Ecuador,Perú y Chile.

Anuncio

Tuvo predilección por obras de empeño como el Túnel de Oriente y Puerto Antioquia, sus banderas de los últimos años. Desde cuando lo conocí en el ya remoto 1963 en los campus de la Bolivariana en Medellín donde cursaba ingeniería eléctrica hasta la última vez que me visitó a traerme una Dom Perignom,( pero se me tomaba tres),fue siempre el mismo sagaz, astuto y minucioso paisa entucador.

Por ende, en su trajinar al éxito las interpretaciones de sus actitudes desagradaron a muchos y originaron o controversias o rechazos escrupulosos. Yo prefería entenderlo o analizarlo porque como no tuve negocios con él o con sus empresas, estaba exento de caer en roces o malos entendidos.

Metódico al extremo, gozaba consiguiendo cada vez más plata y montando más empresas y de cuando en tanto contando sus vaquitas, como dizque lo hacía de niño en los fríos potreros de su natal San Pedro .

Poco o casi nada gastó para él. Nunca tuvo avión privado aunque recorría varias veces al año los países y las 17 ciudades colombianas donde invirtió. Tampoco se vistió de Picadilly o calzó de Ferragamo.

Extraña y curiosamente solidario en silencio, deja una huella que ninguno de los antioqueños de hoy podría tan siquiera comparar porque pocos se dieron cuenta de la magnitud de su quehacer y del tamaño de su patrimonio.