Por: GUSTAVO ALVAREZ GARDEAZABAL
Ayer, probablemente por el eco que tuvo mi crónica sobre el atropello que Directv está realizando con sus suscriptores al suprimir de un tajo los 31 canales de audio que trasmitían música, sin recibir compensación alguna o rebaja en la tarifa o en disponer de canales opcionales, recibí nuevamente llamada de ellos.
Querían ratificarse y explicar la absurda medida que el gobierno colombiano tolera al amparo de la licencia que les concedieron para explotar el espectro electromagnético. En un tono tan cínico como cuando me confirmaron el primer día la medida adoptada, pretendieron hacerme entender que los dueños de la empresa había tomado esa determinación porque de acuerdo a las estadísticas que ellos llevan, dizque constataron que los usuarios de los 31 canales musicales somos muy pocos y por ende no resultamos rentables. Y sin que mediara masaje o vaselina alguna, me dijeron impasiblemente que habían decidido concederme a mi, el usuario 617587 una tarifa especial.
Casi estallo de la ira cual volcán Machín retenido hace 800 años. Mi respuesta fue categórica: yo no hago mis crónicas para recibir beneficios personales. Si usted des adoptan la misma medida compensatoria con Gustavo Álvarez Gardeazabal deben hacerla con todos los damnificados con la suspensión de los 31 canales, no solo con el usuario que soy yo porque tenga voz para hacer públicamente las denuncias sobre su actitud. No se equivoquen conmigo por favor.
Prefiero entonces esperar que entren en razón, tomen la medida compensatoria a favor de todos los suscriptores o que las mudas e inertes superintendencias de Industria y Comercio o de Servicios Públicos intervengan con todo el poder legal que tiene sobre el contrato que les concedió el uso del espacio electromagnético y la prestación de servicios domiciliarios.
El que yo haya sido capaz de denunciar lo que se está haciendo injusta y abusivamente con los clientes de Directv no significa que en vez de enmendar el error cometido pretendan emplear contra mi el método que tienen universal y eternamente los poderosos de callar con una tarifa especial, debajo de la mesa, para que no los siga los increpando con claridad y justas razones. Se equivocan señores de Directv.