Por: Gustavo Alvarez Gardezabal
A Fico no le alcanzó para las presidenciales, pero le sobró para ser otra vez alcalde de su Medellín, para producir un golpe político aniquilador contra las pretensiones de Pinturita Quintero y para ayudar a elegir 7 gobernadores,43 alcaldes y 150 corporados entre diputados, concejales y ediles con Creemos, su partido político. Juan Paz le hizo la cuenta ayer en su leído portal de El Reverbero.El nuevo alcalde de Medellín sacó con su organización política casi 850 mil votos para elegir alcaldes.
Si comparamos con el Pacto Histórico, que sacó un gobernador,38 diputados,70 alcaldes y 642 concejales y tiene el poder ejecutivo con Petro a la cabeza, Fico y su gente arrancan en la primera contienda nacional en que participan con la mitad de lo que tiene la aceitada máquina de Petro, lo que es mucho decir.
El futuro político parecería entonces abierto para el candidato que aplastó las ganas del exalcalde Quintero de llegar a ser presidenciable. Pero Fico tiene todavía mucho que aprender ,bastante que aguantarse las ganas y, en especial, muchos libros que leer. Repetir alcaldía en un Medellín que en 8 años cambió de criterios y pareceres pero se quedó estancada en peleas parroquiales, no es igual a la que dejó hace 4 años.
Manejarla será más fácil si prescinde de la tendencia a formar rosquillas pretenciosas de colaboradores ambiciosos. Y será muy peligroso porque, dado el equilibrio geopolítico y la ausencia de un liderazgo nacional válido y creíble que enfrente a Petro y aglutine la oposición que ha surgido desde el domingo pasado, Fico no puede perder el tiempo en maricaditas ni en poses de camaján de Manrique porque su fortaleza como líder del rechazo de todo el país a Petro no puede rimar con la debilidad.
Debe entonces asumir ese mandato que le toca por carambola pero prepararse más, no quedarse solo en el pantallazo.