Gardeazabal

Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL

La Petroreforma tributaria aprobada por los senadores y representantes de las cooperativas de contratistas que reemplazaron a los partidos políticos más parece haber sido un juego a la gallina ciega que el fruto de una discusión racional.

Es decir, puede solucionar un problema deficitario pero va a ocasionar un aceleramiento en la descomposición social que este gobierno liquidacionista busca desde distintos ángulos de su gestión que no sabemos hasta dónde llegará. Como no se le ve a Petro y sus dizque ministros un esquema serio de reactivación económica ni un enfoque alternativo de desarrollo, el país ha entrado en las penumbras que anteceden a los temores de lo desconocido.

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El hecho de que la petroreforma haya sido aprobada a pupitrazo y con algunas brevísimas discusiones el último día que eliminaron el consenso en medidas con tanta repercusión, tiene unas consecuencias a largo plazo muy graves que cuando se escriba la historia de este período seguramente señalarán el episodio como el principio de la petrodictadura.

La oposición prácticamente no existe porque fue desmontada desde antes de empezar, cuando la mayoría de los representantes y senadores de los contratistas se pusieron de acuerdo para ejercer como partido de gobierno.

El hecho inaudito de que ni el ministro de Hacienda ni los otros que dicen desempeñar carteras ministeriales hubiesen presentado el monto total calculado a recaudar item por item con las nuevas formas impositivas, es una demostración del barrigazo que nos acaban de dar. Todos se están equivocando.

El gobierno en su carrera desbocada por crear el desorden en cada una de las estructuras existentes. El país asustándose con las absurdas y dañinas medidas propuestas sin profundizar que pretende emitir el gobernante.

Y la oposición creyendo que saliendo los sábados a marchar en las grandes ciudades va a recoger el descontento nacional que está en crecimiento. Ni así se gobierna ni así se hace oposición..