Gardeazabal

Por: Gustavo Alvarez Gardeazabal

Por estos días de crisis hogareña, cuando el gas no les llega los hogares donde habitan más de 10 millones de colombianos, nadie ha querido maldecir a Irene, la ministra que nos quiere dejar sin gas para siempre. Las preces han sido para bendecir la olla arrocera que sigue siendo eléctrica.

Esta olla salvadora es relativamente muy nueva en las cocinas colombianas. Sudar arroz nos lo enseñaban a todos desde chicos y no alcanzábamos a creer que una olla conectada a la electricidad pudiera reemplazar la antigua receta de sudar dos tazas de agua por una de arroz, una cebolla larga y un diente de ajo . No se en cuantas familias se pudo entonces, y hoy, tener una olla arrocera para no complicarse más la vida, ni en cuantos la tradicional receta se sigue haciendo todavía.

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Pero ante la falta de gas para cocinar,su presencia se ha vuelto milagrosa porque en la olla arrocera , a más del arroz tan fundamental en la dieta de millones de colombianos, se pueden cocinar las papas y las verduras y hacer más de una sopa para palear la emergencia.

Por supuesto hay que admitirlo como probable, más de un tradicionalista retrechero, negado a aceptar el modernismo de la olla arrocera, debe conservar todavía la vieja estufa eléctrica o, en el peor de los casos alguna de esas portátiles de una o dos boquillas que millones de familias mandaron a la basura porque se dejaron convencer de la economía del gas natural y del alto costo de prender una estufa eléctrica.

Obviamente, quienes no tienen esas reliquias en su inventario y han pretendido acudir estos días a los almacenes de electrodomésticos a averiguarlas para comprarlas y así dizque superar la crisis que vivimos, no las podrán encontrar. Pero todos, con desparpajo o sin él ya sabemos que hasta para ministras como Irene, que ha prohibido la exploración y explotación de gas, siempre habrá una olla arrocera para salir del atajo por bruta e inesperada que resulte siendo la imbecilidad decretada por el gobernante o el daño causado por el volcán Cerro Bravo.