Gardeazabal

Por: Gustavo Alvarez Gardeazabal

Aun cuando Enrique Peñalosa no lo reconocerá ni después de muerto, es el gran culpable de haber convencido a Colombia, y en especial a Alvaro Uribe, que el Trasmilenio era la redención para el trasporte público no solo en Bogotá sino en todas las grandes ciudades del país.

Por supuesto ,el gran fracaso de esos trasportes públicos masivos es también culpa de los que se volvieron socios de ellos , y de todos los gobiernos, hasta el de Petro, insistiendo tercamente en repetir una y otra vez los pañitos de aguas tibias para enfrentar tan gigantesca equivocación y no ser capaces de darles el entierro que se merecen.

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La semana pasada la cooperativa de contratistas que funge como Congreso de la República aprobó una gigantesca adición presupuestal y dentro de ella la suma de un billón de pesos para ayudar a palear la crisis por la que están pasando los sistemas de trasportes masivos en Bogotá, Cali, Pereira ,Bucaramanga y Cartagena. Es decir, repitieron una vez más el error de refinanciar lo que nació quebrado, lo que fue solo un capricho de Peñalosa queriendo convertir todas las ciudades capitales colombianas en una copia de Curitiba ,la ciudad brasileña.

Probablemente el exalcalde de Bogotá pretendía llegar a ser presidente de la república con el calculable agradecimiento que le iban a tener en todas ellas por haberlas puesto a las puertas del siglo 21.

Pero como no fue así y como cada año es la misma tragedia y nadie se atreve a ponerle tatequieto a ese desangre, vamos a seguir viendo como agonizan el Trasmilenio y el Mio, el Trascaribe y el Megabus y todos los que hayan sido mantenidos con vida artificial.

Es igual que con la salud. Todos sabemos que es otra olla sin fondo mientras existan las EPS como intermediarias tragonas, pero cuando llegan las opciones de cambio se consiguen a la Corcho, tan equivocada, tan terca y tan fracasada como Peñalosa, para que fuese capaz de poner a todo el mundo contra la reforma. Esta es Colombia.